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A Fuego Lento

La falsa alarma que sí sonó en Palacio Nacional

La falsa alarma que sí sonó en Palacio Nacional
Foto: Cuartoscuro

Ayer una alarma sísmica marcó el abrupto final de la mañanera de Andrés Manuel aunque pareciera que solo los asistentes a la misma, los medios, la escucharon y fueron los encargados de avisarle que así era. Hoy, para añadir al misterio, el presidente dio un tenue regaño a los reporteros porque “eso no se debe hacer, es en serio”.

El regaño de Andrés Manuel no hace sino incrementar la incertidumbre sobre cómo y por qué se activó la advertencia. Ya que, a su manera, responsabilizó a los asistentes de haber disparado la falsa alarma, postura compartida por el equipo de Vocería, ya fuera en un acto de sabotaje por los temas que se estaban tratando, por tedio o, simplemente, una broma inmadura.

Sin embargo, ayer mismo altos mandos del gobierno de México, de esos que tiene oficinas adyacentes a la de Andrés Manuel en Palacio Nacional, confirmaron en corto que, en efecto, la alarma se escuchó en el edificio de la Presidencia de la República. El cual está del otro lado del amplio Patio Principal del Saló Tesorería en donde se realizan las mañaneras.

El mismo alto mando fue quien dijo, sin poder confirmar del todo, que se trató de una prueba de rutina del sistema de alertas sísmicas de protección civil. Razón por la que solo se habría activado una, misma que no pudo escucharse en el edificio de Hacienda, en el extremo opuesto de Palacio. En su opinión, si fue una prueba o un error, llegó en el peor momento posible.

Si su círculo cercano dice haber escuchado la alarma, entonces ¿por qué el regaño de Andrés Manuel? ¿Será que el jalón de orejas no fue, como dio la impresión en la transmisión, para los reporteros? Si pocas personas saben a ciencia cierta que sucedió ayer por la mañana, aún menos saben a quién le dijo el presidente que eso no debe hacer.

Dice Mancera que quizá fue víctima de sus procuradores

Quizá lo más relevante de esta semana en la política de la Ciudad de México sea el reporte entregado por la procuradora Ernestina Godoy en el que se detalla una serie de estadísticas manipuladas durante la administración del exjefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera en materia de seguridad.

En éste se detalla cómo es que delitos de alto impacto fueron registrados de cierto modo para no sumar a las estadísticas, incluso hay indicios de que no eran registrados para “simular” una reducción de la violencia e inseguridad en la CDMX.

En respuesta a la exhibición de este ominoso hecho, el coordinador del Grupo Parlamentario del PRD en el Senado de la República, afirmó que él confió en los reportes que le daban sus procuradores, tanto Adolfo Ríos, como Edmundo Garrido, y que si alguien cometió una conducta irregular, “pues que primero se acredite”.

A pesar de que la opinión pública y políticos de Morena condenaron al ahora senador, parece que saldrá ileso de esta jugada. La razón es sencilla: El día martes, Ernestina Godoy, siguiendo la máxima del presidente de la República, dijo que “no habrá cacería de brujas”; y al día siguiente, Sheinbaum, se limitó a decir que el caso ya le toca a la Procuradora y a la Contraloría.

Después de tanta declaración, por fin la jefa de Gobierno tenía a Mancera contra las cuerdas, pero, al parecer, no pasará nada…, como es costumbre en México.

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