ABC, Tultepec, Tlahuelilpan: vivir tras la tragedia

Después de la tragedia ocurrida el pasado viernes en Tlahuelilpan, Hidalgo, la mayoría de las personas que se encuentran hospitalizadas tienen un diagnóstico reservado y la mayoría están clínicamente considerados «gran quemado», lo que representa la combinación o no, de quemaduras de segundo y tercer grado, más quemaduras internas por la inhalación de humo, entre otros factores. Muchos de ellos tienen quemaduras en el 60% al 80% del cuerpo.

Ante tal diagnóstico y la esperanza de que puedan sobrevivir surge la interrogante de cómo viven las víctimas y familiares del accidente.

El incendio a la guardería ABC nos da un primer testimonio; Alexia tenía casi 2 años cuando el accidente la marcó, ella logró salir gracias a la ayuda de un «cholito» que la sacó por el agujero de la ventilación. Después del accidente, perdió el 50% de su capacidad respiratoria por el humo tóxico que inhaló y requerirá a lo largo de toda su vida tratamiento e intervenciones quirúrgicas.

Paulina VIllaescusa, otra sobreviviente, tiene quemaduras en más del 50% de su cuerpo y le amputaron la pierna, las secuelas son evidentes. En el accidente murieron 49 pequeños, 24 niños y 25 niñas y más de 70 resultaron heridos.

Las heridas y secuelas derivadas de quemaduras, son difíciles de tratar, debido a que, en estos casos, la piel se encuentra expuesta constantemente a puntos de infección, una cuestión a sumar es lo dolorosas que suelen ser, por lo que requieren constantes intervenciones.

Lamentablemente el país tiene un gran historial de atención a personas quemadas, las tragedias con fuego son constantes, no solo por los que se dedican a la extracción ilegal de gasolina y gas, también por los múltiples accidentes registrados por la quema de pirotecnia y los ocurridos en los mercados de venta de fuegos artificiales.

El accidente más reciente sucedió el 6 de julio de 2018, en uno de los talleres de Pirotecnia en Tultepec, donde 24 personas perdieron la vida y 40 resultaron heridas; sin embargo, aunque parezca catastrófico, el accidente que marcó a la región sucedió en 2016 cuando explotó el mercado de Tultepec y donde fallecieron 42 personas y muchas personas resultaron heridas.

En el caso del siniestro de la guardería ABC, los padres de familia han sido acompañadas a lo largo de los años de atención psicológica, en cambio, para los niños la situación ha sido más difícil, pues son sujetos a constantes ataques por su aspecto físico y las secuelas de las quemaduras.

Aunque es difícil saber cuál será el futuro de las personas hospitalizadas por la explosión en Hidalgo, los familiares se encuentran sumamente heridos, no solamente por el accidente en sí, sino por las opiniones vertidas en redes sociales, donde los han señalado como culpables de la propia desgracia, ante ello, han respondido que “no son culpables, fue la necesidad”.

Por Karla Osorio