Nueva caravana migrante enfila a EU; Trump alerta

Una nueva caravana migrante, de más de 500 personas, se dirige en estos momentos hacia Estados Unidos desde Honduras, en medio de simpatías y tensiones.

Alrededor de 600 migrantes hondureños se congregaron durante la noche de ayer lunes, en medio de una fuerte lluvia, en la estación de autobuses de San Pedro Sula, una de las ciudades más violentas del mundo, y decidieron partir en la oscuridad, adelantando varias horas su salida prevista inicialmente para el martes.

La convocatoria de esta nueva caravana ha sido difundida en redes sociales, pero hasta ahora no se conoce quién o quiénes son los organizadores. Esto, a pesar de los llamados del gobierno local que ha pedido a la ciudadanía abstenerse de salir del país, evidentemente con resultados infructuosos.

“Al pueblo hondureño se le hace un llamado a que no se deje engañar con estos procesos», dijo la vicecanciller hondureña, Nelly Jerez, al ser consultada por periodistas sobre una nueva caravana de migrantes. La funcionaria instó a los ciudadanos a no emigrar, porque, aunque es un derecho, son «muchos los riesgos» que enfrentan en el camino.

La formación se preparó conformada por alrededor de 300 personas, principalmente mujeres y niños, quienes subieron a 30 autobuses pequeños con la intención de ir hasta la frontera con Guatemala. Otras 300 se enfilaron hacia la localidad fronteriza de Agua Caliente.

A este respecto, Donald Trump, presidente de Estados Unidos, ha tuiteado «Una gran caravana nueva se dirige a nuestra frontera sur desde Honduras. Díganle a Nancy y a Chuck que un Dron que vuela alrededor no los detendrá. Sólo un muro funcionará ¡Solamente un muro, o barrera de acero, mantendrá nuestro país seguro! ¡Dejen de jugar a los juegos políticos y terminen el Shutdown!», escribió.

Se espera que conforme esta nueva caravana migrante vaya ganando paso en su camino al norte del continente, se aviven las tensiones y las ayudas por igual.

Desde el país al que se dirigen, la postura de la administración Trump ha sido clara: cerrarles el paso de manera tajante, tal como ocurrió con el pasado éxodo agrupado en por lo menos 3 caravanas migrantes, y que dio como resultado que un cuerpo considerable de ciudadanía centroamericana quedara varada en Tijuana, prácticamente a su suerte luego de las expresiones de xenofobia presentadas en la entidad.

En México, en tanto, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha dicho que lidiará con los migrantes de manera más humana que el gobierno anterior.

Los funcionarios mexicanos indican que quieren evitar los “horrores” que vivían los migrantes cuando intentaban evitar que los arrestaran y los deportaran durante su trayecto a través de México.

“Nuestra visión es que los migrantes no son delincuentes; mucho menos constituyen una amenaza a la seguridad de México o de Estados Unidos”, dijo el 7 de enero la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, en un discurso dirigido a diplomáticos mexicanos en el que prometió un fin a las deportaciones masivas.

Cabe destacar que el mes pasado, México firmó un acuerdo con Estados Unidos, donde ambos países norteamericanos se comprometían a destinar una suma de inversión en países centroamericanos, con el objetivo de frenar los éxodos por parte de la ciudadanía de aquellos países.