A un mes de la tragedia del 19S

Hace un mes, a la 1:14 de la tarde, a todos los mexicanos de la Zona Metropolitana nos sorprendió un sismo de 7.1 grados. Fue como estar en una película apocalíptica. Cuando terminó, columnas de humo salían de entre edificios, había cúmulos de escombro, todos estaban afuera de sus viviendas y desde los celulares llegaban mensajes que se verán una vez en la vida: los de personas pidiendo auxilio porque estaban atrapadas bajo los edificios que se cayeron en las mismas zonas de la última tragedia similar; Condesa, Roma, el Centro, Tlalpan, Viaducto, como en el 85; incluso la zona de Coapa, Xochimilco e Iztapalapa, afectadas de consideración por primera vez.

Sabemos el número de fallecidos: 369; una cifra que suena dura si pensamos que la mayoría de las vidas se perdieron en un día o dos. 19 de esas víctimas indignaron en especial por ser las de niños que murieron bajo los escombros del colegio Enrique Rébsamen; hoy Mónica García Villegas, directora y dueña, está prófuga y buscada por la Interpol, después de que su asesoría legal usara el recurso del amparo sin éxito.

El Sismológico Nacional nos dice que tras los dos sismos, el que devastó Chiapas y Oaxaca y el que pegó a la Ciudad de México, llevamos más de ocho mil réplicas del primero.

El temblor no dejó indiferente a nadie, cada canal público, cada artista que iba a presentarse en la ciudad (Ricky Martin, por ejemplo), en cada esquina aparecieron pequeños centros de acopio. A un mes podemos encontrar las mesas en universidades que reciben juguetes y latas de comida para los que todavía sufren. En Morelos, por mencionar un caso, hubo 20 mil casas dañadas, muchas de ellas al punto de ser inservibles. 

El United States Geological Survey, servicio geológico del país del norte, calculó un posible daño por 180 mil millones de pesos tras el sismo, advirtiendo que solamente parte de eso será pagado por aseguradoras. Entre las instituciones que cargan con más edificios afectados está la Sociedad Hipotecaria Federal, quien otorgó créditos para las viviendas.  Aunque ese no fue el único problema, pues se desviaron ayudas humanitarias con fines electores para los partidos PRI, PAN y PRD, así lo denunció la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales (Fepade), quien abrió siete carpetas para casos específicos.  Los lugares donde se encontraron irregularidades fueron Pátzcuaro, Michoacán; en Morelos donde el DIF estatal guardó ayuda en sus bodegas; el PRI fue denunciado por acaparar donaciones en el Estado de México y el PAN por acumular cosas en Puebla.

Además, con la caída de edificios emergieron problemas sociales que estaban ocultos en la ciudad (como en el 85, cuando se encontraron cuerpos torturados en instalaciones policiales). Entre el Toks y la primaria Simón Bolívar cayó un edificio. El número era Bolívar 168, donde varias costureras quedaron atrapadas y donde la mayoría de los rescatistas fueron jóvenes ajenos a las fuerzas públicas. Se sospechó que adentro habían quedado trabajadoras indocumentadas de Taiwán, China y Centro América, todas en condiciones laborales desconocidas. Las empresas implicadas fueron cuatro al menos: Dashcam System México S.A, Asia Jenny Importaciones, New Fashion y Seo Young Internacional.

El jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, anunció un desfile en conmemoración por los muertos, ¿y cómo se hará? Pues con eso, con muertos. Prometió la participación de 1 millón de personas, entre catrinas y fantasmas. Habrá una ofrenda monumental en el Zócalo y gente recordando a sus familiares y amigos que se fueron de este año, en masa.

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Y a un mes se sienten los problemas de siempre, y el conflicto que sigue y el más gordo, el de las elecciones de 2018 que nos hace preguntarnos, ¿quién de los que aspiran a la presidencia tiene la capacidad para lidiar con una posible eventualidad de este tipo en el futuro?