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Cultura

“Yo voy con López Obrador”: David Toscana, premio Xavier Villaurrutia 2018

David Toscana, ganador del Villaurrutia
Foto: Melisa Tzitziki

El flamante premio Xavier Villaurrutia 2018, el narrador David Toscana, responde sin titubeos a la pregunta de por quién votará para presidente el próximo 1 de julio: “Yo voy con Andrés Manuel López Obrador”, dice el regiomontano sobre el candidato de la extraña coalición que agrupa a dos partidos de izquierda con uno de extrema derecha, una ironía que bien pudo haber novelado el autor de Olegaroy.

Toscana está convencido de que si López Obrador está vivo más de una década después de su primer intento por llegar a la presidencia obedece a que Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto “lo resucitaron” con sus malos gobiernos, por lo que considera a ambos “los mejores amigos” del tabasqueño.

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Aunque vive en España, donde prefiere no enterarse sobre las noticias que llegan de México, Toscana está consciente del desarrollo de las campañas electorales en el país y sus protagonistas. En entrevista con lahoguera.mx, reprueba el “bombardeo publicitario sin fondo” de los candidatos a la presidencia y plantea que es deber de los votantes meditar su voto y, principalmente, comparar plataformas políticas.  

“El deber del votante es meditar un poco más, tratar de ver más allá de las palabras, ver los proyectos de cada uno (de los candidatos), y no todo ese bla, bla, bla que funciona mucho pero que no es más que publicidad que subliminalmente se mete igual que una publicidad de refresco o cualquier cosa. Entonces, no tomemos un voto subliminal sino uno razonado”, exhorta el autor de una decena de novelas, varias ya entre las más celebradas de la narrativa mexicana actual y traducidas a 15 idiomas. 

Toscana volvió a México para participar en ferias del libro en Ocotlán, Jalisco, y en su natal Monterrey, Nuevo León, cuando el 21 de marzo pasado el Instituto Nacional de Bellas Artes anunció que su novela Olegaroy (Alfaguara, 2017) se había hecho acreedora al premio Xavier Villaurrutia 2018, que reconoce a la mejor obra editada cada año desde 1955, cuando se le concedió a Juan Rulfo por Pedro Páramo. 

El libro, publicado en octubre pasado, había tenido una vida “sin pena ni gloria” hasta ahora, confiesa el narrador. Pero la llegada del galardón dirigió los reflectores hacia el autor de La ciudad que el diablo se llevó, El ejército iluminado, Santa María del Circo, El último lector o Duelo por Miguel Pruneda.  

La novela o biografía (para algunos incluso sería hagiografía) narra las tribulaciones y reflexiones “filosóficas” del nuevo personaje de Toscana a partir del 8 de abril de 1949 cuando Olegaroy descubre en un diario de nombre El Porvenir el asesinato de una joven. Olegaroy, una suerte de Don Quijote reencarnado en Sancho Panza, confronta así “la Verdad” histórica con una sabiduría simple y concreta. 

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-¿Cómo ve a los candidatos desde España? ¿Quién le parece el mas necesario para México con todo el contexto de violencia en el país o con Donald Trump enfrente?

-Personalmente voy con Andrés Manuel López Obrador y luego, si algo se descamina, alguien me va a decir: “Ay, ¿por qué votaste, si ya sabíamos que era un peligro?”. O cualquier cosa -responde Toscana.

Admite que incluso cuando se razona el voto “uno se puede equivocar”. Pero acota que el votante sólo se da cuenta de si se equivocó hasta después de que asuma el nuevo presidente, el 1 de diciembre.

“Lo que pasa es que un escenario nos bloquea los otros. Una vez que gane López Obrador ya nunca vamos a saber qué significa que hubiese ganado José Antonio Meade o Ricardo Anaya (a los otros ya ni los menciono). Ése es el asunto: nunca tienes modo de comparar escenarios; y casi siempre que votamos y gana un presidente, terminamos pensando que hubiéramos votado por otro. Con Vicente Fox fue muy claro; con Felipe Calderón también dijimos: ‘Hubiéramos votado por otro’. O con Enrique Peña Nieto, ‘hubiéramos votado por otro’. Y esto es natural: no podemos comparar con otro escenario y como no nos gusta lo que tenemos, suponemos que siempre el otro habría sido mejor”, explica Toscana.

-En 2006, varios intelectuales apoyaban a López Obrador, pero ahora algunos de ellos están desencantados. ¿Qué pasó con esa relación entre el candidato y los intelectuales? ¿Cómo la ve como escritor?

-No la puedo ver, no puedo responder correctamente, porque no he hablando con muchos escritores o intelectuales en México. Lo que sí se ve claro es que buena parte del por qué López Obrador está regresando es por contraste. Cuando tomó Reforma sus bonos cayeron: ‘Ya sabíamos que era un hombre autoritario, ésta es la prueba’, argumentaban sus críticos. Y volvieron a decir que era un peligro para México -expone en la entrevista, que se publica en lahoguera.mx en dos partes. 

“Pero, ¿por qué está flotando López Obrador? Porque el PRI se hunde, porque el PAN no fue ninguna opción. Entonces, los que le están dando oxígeno a López Obrador, sus mejores amigos han sido Calderón y Peña Nieto; son los que lo resucitaron, y es cuando volvemos a pensar que hace falta una alternativa”, sostiene Toscana. Añade que, aunque tiene seguidores el tabasqueño, que va por su tercer intento desde 2006 para llegar a Los Pinos, la mayoría de votos que obtendrá serán “de castigo contra otros partidos”.

López Obrador va por tercera vez por la presidencia de la república (2006, 2012 y 2018), ahora con Morena, partido que creó ex profeso tras la elección de 2012 cuando abandonó al PRD que pactó con el gobierno de Enrique Peña Nieto y la oposición de derecha del PAN las reformas estructurales. Sin embargo, su alianza con el ultraconservador Encuentro Social en la coalición Juntos Haremos Historia, que añade al Partido del Trabajo, ha desatado fuertes críticas incluso de muchos de sus simpatizantes.

El tabasqueño fue el líder del PRD que llevó a la izquierda a ganar el gobierno de Ciudad de México desde 1997 con Cuauhtémoc Cárdenas, lo que hace su bastión principal a la capital, que gobernó de 2000 a 2005, cuando dejó la jefatura de gobierno para buscar por primera vez llegar a Los Pinos. A un mes del arranque de las campañas electorales, López Obrador sigue de puntero en las encuestas con más del 42 por ciento de intenciones de voto, muy arriba de Ricardo Anaya (PAN, PRD, Movimiento Ciudadano), el oficialista José Antonio Meade (PRI, PVEM, Nueva Alianza) y los supuestamente independientes, Margarita Zavala, esposa del ex presidente Felipe Calderón, y Jaime Rodríguez.

“Después de ese 1 de julio, vamos a amanecer con ciertas dudas, con cierta zozobra; con ciertas esperanzas, también. El problema con la política en México es que una vez que le das el aval a alguien se lo das por seis años. Otros países tienen periodos más cortos, permiten incluso dos reelecciones. 

“En Estados Unidos los periodos (presidenciales) son de cuatro años, no dan un voto de confianza tan a largo plazo como se da en México. Quizás esa sea mejor opción: cuatro años. Cuando las cosas andan mal, (cuatro años) son más que suficientes para hacer un cambio; cuando andan bien, es poco tiempo para un proyecto, para reformas educativas o energéticas. Sí, se necesitan más de cuatro años. Siempre existe la duda de si queremos dos sucesiones de cuatro años o si estamos bien con seis”, expone.

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