El “rebelde” Anaya explica su plan para investigar a Peña Nieto y defiende al Ejército

El candidato presidencial Ricardo Anaya explicó su plan para investigar y, de ser necesario, encarcelar al actual titular del Ejecutivo Federal, Enrique Peña Nieto, por lo que considera actos de corrupción. De igual manera, defendió que, aunque ha compartido posturas con el mandatario, no es parte del sistema porque es un ‘rebelde’ que se opone al gobierno autoritario.

En entrevista con el periodista Jorge Ramos para su noticiero Al Punto, el líder de la coalición Por México al Frente aseguró que, si bien sostuvo reuniones con Peña Nieto en su papel de presidente de la Cámara de Diputados para impulsar algunas de sus reformas estructurales, en concreto la educativa, eso no significa que sea un aliado del sistema. Argumentó que es un “rebelde” por oponerse al régimen actual, pero también puede sentarse a dialogar si comparte opiniones o ideas en determinados temas.

Sobre la persecución que ha denunciado en su contra por parte del gobierno federal, Ricardo Anaya la atribuyó al miedo de Enrique Peña Nieto a una posible victoria del Frente en los comicios. Esto, asegura el abanderado, se debe a que el presidente ya pactó con Andrés Manuel López Obrador. También recordó que el líder del Movimiento Regeneración Nacional ha planteado una posible amnistía a miembros del crimen organizado y ha reiterado que no iniciará una investigación contra el primer mandatario.

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De igual manera, Anaya Cortés consideró que no es una venganza iniciar un proceso contra Peña Nieto de ganar el próximo primer de julio, y para sustentarlo explicó su plan para lanzar una investigación ‘cómo nunca se ha hecho en este país’ que podría incluir una condena al actual presidente por lo que considera una serie de actos de corrupción por parte de su administración.

En una primera instancia, buscará establecer una Fiscalía General completamente autónoma, algo a lo que el gobierno actual, dice, se ha resistido. Estos será acompañado por una comisión de la verdad solicitada a un órgano específico de la Organización de las Naciones Unidas que colaborará con la investigación sobre los posibles actos de corrupción realizados en este sexenio. Estas dos medidas, argumenta Anaya, bastarán para garantizar una investigación transparente que no pueda ser detenida por el primer mandatario una vez esté en marcha.

Sobre las controversias ocasionadas por el Ejército Méxica y sus presuntas acciones en contra de la población civil y los Derechos Humanos, Anaya Cortés defendió a la institución diciendo que esto es originado de la estrategia de seguridad fallida implementada desde hace una década en la que a las fuerzas militares se les han encargado responsabilidades de impartición de justicia que no les corresponden.

Sobre por qué no cuestionó en su momento esta estrategia fallida iniciada por el gobierno de Felipe Calderón, emanado del Partido Acción Nacional, Anaya Cortés dice que, durante ese sexenio, su voz no era particularmente fuerte. Además de que aseguró aplaudir los aciertos y criticar los errores sin defender al mandatario solo por su militancia. De igual manera, señaló que el error que ha llevado a la estrategi a fracasar es el haber abandonado a la policía civil, infiltrada por el crimen organizado, en vez de rehabilitarla para que funcione como en cualquier otra democracia moderna.

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Respecto al escándalo en el que se ha visto envuelto por sus finanzas personales, Ricardo Anaya reconoció tener bastante dinero adicional al que obtiene por los cargos partidistas y públicos que ha desempeñado. Aclaró que este patrimonio es «bien habido» porque tanto él como su esposa vienen de familias de trabajo y con recursos. De nuevo atribuyó esto a la persecución ejecutada por medio de la Procuraduría General de la República, institución que, pese a la evidencia que dice tener, no ha procedido legalmente en su contra. Anaya Cortés se deslindó del origen de los recursos con los que la empresa Manhattan Master Plan Development fue fundada y, posteriormente, se adquirió una propiedad suya, esto porque, «en ningún lugar del mundo civilizado» el vendedor está obligado a saber este tipo de información de sus compradores.

Ricardo Anaya también presentó sus ideas para vencer a López Obrador, quien lidera las encuestas, el próximo primero de julio. De nuevo enfatizó que ambos presentan dos modelos muy diferentes. El de Morena se basa en «ideas muy antiguas» de corte populista que no han funcionado a nivel mundial. Como ejemplo, puso la idea de Andrés Manuel de que basta con que llegué un «iluminado» al poder para terminar con la corrupción, mientras que durante su etapa al frente de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México miembros de su círculo cercano -René Bejarano, Gustavo Ponce Meléndez y Carlos Ímaz- tomaron parte de actos de corrupción donde se les mostró con «grandes fajos de billetes».

Finalmente, Ricardo Anaya dijo que ser «anti-Trump» no es un asunto de rentabilidad electoral, sino de moralidad. Criticó la postura que ha tenido el gobierno de Peña Nieto desde que se le invitó aún siendo candidato, creyendo que con eso se «hacían amigos», dándole material gráfico que el reutilizaría en su cierre de campaña para demostrar su liderazgo global. El líder del Frente aseguró que, de ganar, sostendrá una relación de firmeza y dignidad con Donald Trump, a diferencia de la actual administración a la cual el presidente estadounidense ya «le tomó la medida». Insistió que no se pagará un peso por el muro fronterizo y, además, se reconocerá que México necesita a Estados Unidos, pero que la unión americana también necesita de los mexicanos.

La entrevista cierra con una pregunta en inglés por parte de Ramos sobre el pago del muro, a lo que Anaya responde «Mexico won’t pay a single penny for the wall».

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