Gobiernos de América condenan a Ecuador y respaldan a México tras asalto de embajada en Quito

La mayoría de los países de América condenaron el allanamiento de la Embajada de México por parte del gobierno de Ecuador, durante la noche del viernes 5 de abril, para arrestar al exvicepresidente Jorge David Glas Espinel, quien por la mañana había recibido la noticia de que el gobierno mexicano le concedería el asilo político.

La primera en pronunciarse, tras el asalto de las autoridades de Ecuador a la Embajada de México, fue la presidenta de Honduras, Xiomara Castro de Zelaya, quien expresó su solidaridad con el pueblo mexicano y el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Asimismo, dijo que lo ocurrido constituye un acto intolerable para la comunidad internacional, dado que ignora el histórico y fundamental derecho al asilo. A la par, en su carácter de presidenta de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), convocó con carácter de urgencia a la Troika para este lunes 8 de abril, y a los cancilleres para el día martes 9 de abril.

Horas después, desde Colombia, el presidente Gustavo Petro Urrego acusó que Ecuador rompió la Convención de Viena y la soberanía de México. Asimismo, insistió en que América Latina y el Caribe, cualquiera que sean las construcciones sociales y políticas en cada país, debe mantener vivos los preceptos del Derecho Internacional en medio de la “barbarie” que avanza en el mundo y el pacto democrático dentro del continente.

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Los apoyos continuaron llegando desde Latinoamérica cuando el mandatario chileno Gabriel Boric Font externó que deseaba solidarizarse con México ante la inaceptable violación de su soberanía mediante la irrupción de la policía ecuatoriana en la embajada de México en Quito. Asimismo, envió un abrazo a López Obrador.

Adicionalmente, su cancillería emitió un comunicado que recordaba que la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961 establece que los locales de la misión diplomática son inviolables y los agentes del Estado receptor no podrán penetrar en ellos sin el consentimiento del jefe de la misión. Asimismo, manifestó su profunda preocupación por la violación del derecho al asilo, contemplado en la Convención sobre Asilo Diplomático de 1954 y reconocido como un aporte de Latinoamérica al Derecho Internacional.

A las expresiones de solidaridad se sumó Luis Alberto Arce Catacora, presidente de Bolivia, el cual condenó enérgicamente la irrupción de la policía ecuatoriana en la Embajada de México en Ecuador. Este, en especial, resaltó que la violación también fue en contra del derecho de asilo del exvicepresidente de Rafael Correa Delgado.

“Rechazamos la transgresión al derecho al asilo tras el secuestro y detención del exvicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, quien permanecía a la espera de un salvoconducto en la sede diplomática mexicana, evidenciándose no solo la violación de normas internacionales sino también la afectación a la hermandad y convivencia pacífica entre los pueblos de América Latina y el Caribe”, redactó.

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Tras ello, desde Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva expresó en redes sociales solidaridad para su “amigo” López Obrador y compartió un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores, donde el gobierno brasileño condena «en los términos más enérgicos» la acción ejecutada por fuerzas policiacas ecuatorianas. Asimismo, dijo que la medida llevada a cabo por el gobierno de Daniel Noboa constituye un grave precedente y debe ser objeto de un enérgico repudio, cualquiera que sea su justificación.

Venezuela hizo lo propio en voz de su presidente, Nicolás Maduro Moros, quien expresó que lo vivido en Quito era un acto de barbarie y algo nunca visto en América Latina. Asimismo, consideró que su país alzaba la voz contra el acto fascista de la administración ecuatoriana “de derecha pro yankee” por implicar una violación al Derecho Internacional.

Desde Cuba, el presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez indicó que enviaba toda la solidaridad de la isla ante la “inaceptable violación de su Embajada en Quito”. Como otros, externó que debe respetarse por todos la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas que es un componente esencial del Derecho Internacional.

La sorpresa provino desde Argentina, donde la Cancillería del ultraderechista Javier Milei condenó lo hecho por el gobierno del empresario bananero, llamándolo a la plena observancia de las disposiciones de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas. Asimismo, le emplazó a velar por el respeto a la Convención sobre Asilo Diplomático de 1954, destacando que ellos han otorgado dicha condición a dirigentes políticos venezolanos y está a la espera de la emisión de los correspondientes salvoconductos.

Desde la parte norte del continente, Estados Unidos, mediante el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, condenó cualquier violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas. Además, dijo tomar muy en serio la obligación de los países anfitriones según el Derecho Internacional de respetar la inviolabilidad de las misiones diplomáticas.

“México y Ecuador son socios cruciales de Estados Unidos y valoramos mucho nuestras relaciones con ambos países. Alentamos a los dos países a resolver sus diferencias de acuerdo con las normas internacionales”, añadió.

Otros países que expresaron su condena o violaciones al Derecho Internacional fueron Paraguay, Uruguay, Canadá, Costa Rica, Panamá, República Dominicana y Belice, a través de sus Ministerios de Relaciones Exteriores. En tanto la Comunidad del Caribe (CARICOM) externó su preocupación profunda de que Ecuador haya tomado las instalaciones diplomáticas mexicanas; cabe destacar que los miembros de este grupo son Antigua y Barbuda, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Montserrat, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Surinam y Trinidad y Tobago.

Por su parte, la Organización de los Estados Americanos (OEA) emitió un comunicado donde rechaza cualquier acción violatoria o que ponga en riesgo la inviolabilidad de los locales de las misiones diplomáticas y reitera la obligación que tienen todos los Estados de no invocar normas de Derecho interno para justificar el incumplimiento de sus obligaciones internacionales. Por eso, manifestó su solidaridad a quienes fueron víctimas de las acciones improcedentes que afectaron a la Embajada de México en Ecuador; en tanto, llamó a las dos pares a resolver sus diferencias con diálogo.