Conmemora Sheinbaum el 2 de octubre afirmando que «nunca utilizará a la policía para reprimir

Claudia Sheinbaum conmemoró la ‘Masacre de Tlatelolco’ del 2 de octubre de 1968, ceremonia donde, pese a las críticas recibidas por el actuar de los elementos de seguridad pública, aseguró que mantiene vigente su compromiso de no usar a la policía para reprimir a la ciudadanía.

En un acto celebrado en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, en la CDMX, Claudia Sheinbaum conmemoró el 52° aniversario de la represión del movimiento estudiantil señalando que no se debe olvidar nunca que en el pasado existió un gobierno autoritario que en lugar de abrir las puertas tomó la decisión de masacrar a estudiantes que se manifestaban y luchaban por la democracia y la libertad.

La jefa de Gobierno capitalina recordó que para entonces ella tenía 6 años de edad y que su madre, como profesora del Instituto Politécnico Nacional (IPN), participó en el movimiento, por lo que creció cerca de Félix Hernández Gamundi y Raúl Álvarez Garín. Asimismo, contó que en sus recuerdos un año después está el visitar a Lecumberri donde muchos otros estudiantes resultaron presos por las luchas.

Sheinbaum Pardo mencionó que ella creció participando en las marchas del 2 de octubre, motivo por el cual al asumir la jefatura de Gobierno de la CDMX lo primero que hizo fue decretar la desaparición del cuerpo de granaderos ya que considera que «no se puede usar la fuerza de la policía para reprimir».

Asimismo, aseguró que se está construyendo una fuerza de la orden distinta, con obligación de proteger a las personas, advirtiendo que su compromiso de nunca utilizar la policía para reprimir sigue siendo válido.

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Al mediodía, la jefa de Gobierno de la CDMX, acompañada del subsecretario Alejandro Encinas, asistió a la presentación de la Política de Verdad y Memoria del Pasado donde Félix Santana Ángeles, Director General de Estrategias para la Atención de los Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación (Segob), anunció la próxima 1) construcción de la memoria pública mediante el reconocimiento de procesos insurgentes desplazados mediante marcas o modificaciones de espacios públicos significativos como en su momento fue la «Circular de Morelia».

Como segundo punto se informó que habrá 2) la difusión de la memoria pública dirigida a las nuevas generaciones para la consolidación de la paz y la justicia, promoviendo una memoria activa entre la ciudadanía para generar una ciudadanía más democrática y participativa; y 3) estrategias para el esclarecimiento histórico y acceso a la verdad, produciendo evidencias sobre lógicas, procesos, acontecimientos, instituciones y personas responsables de la comisión de violaciones a los DDHH y una narrativa para garantizar la «no repetición» de esos actos y que coadyuve a la búsqueda de desaparecidos del aparato contrainsurgente de la década de 1960 a la de 1980.

En conmemoración de la represión estudiantil en plaza de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968, también dieron inicio a la «restitución de información» , entregando a familiares de víctimas y sobrevivientes la documentación que instituciones del estado vinculadas a la represión política les ocultaron y que generaron como resultado de la vigilancia, espionaje, seguimiento y en casos tortura. En segundo lugar, se anunció que se iniciará el proyecto de construcción de un «archivo de la palabra», es decir, de la respuesta que las víctimas o familiares tengan al archivo criminal.