PRD está en vías de extinción, lo merece: Porfirio Muñoz Ledo

En uno de los libreros del estudio de Porfirio Muñoz Ledo, veterano político mexicano, hay dos fotos. Una del líder de izquierda Cuauhtémoc Cárdenas con el Zócalo abarrotado frente a ellos. La otra, de hace unos días, de Andrés Manuel López Obrador, con un Zócalo abarrotado tras ganar la presidencia de la República.

Los periódicos del siguiente día definieron la victoria como un «jonrón» o como un «tsunami» que se llevó diputaciones, senadurías, puestos locales, alcaldías, la jefatura de gobierno, gubernaturas y, por supuesto, la presidencia.

No sólo ganó Andrés Manuel. Una de sus cercanas, Claudia Sheinbaum, derrotó a Alejandra Barrales con 57 por ciento del voto capitalino. La perredista apenas alcanzó 30.91 por ciento de los votos. Sheinbaum, considera Muñoz Ledo, tendrá un buen gobierno pese a las «corruptelas»  y el narcotráfico de la Ciudad.

«La Ciudad de México es el último bastión del PRD y aquí es donde tendrá su gran castigo. El PRD está en vías de extinción. Lo merece», dice. ¿Qué podría aprender Morena de la historia del sol azteca, el partido pionero de izquierda? «Nada», sentencia el político, uno de los fundadores del partido amarillo.

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Para el ahora diputado por la vía plurinominal de Morena, luego del «tsunami» de la victoria lopezobradorista, tanto el PRI y el PAN, que ahora son la oposición verdadera, tienen que reformarse, con pocos puestos de elección popular en ambas cámaras.

En Acción Nacional se espera una reconstrucción. Ricardo Anaya fue un candidato que, a juicio de Muñoz Ledo, no pudo causar empatía en la gente y en sectores religiosos. «Hablaba como Hitler», menciona. Para el virtual diputado de Morena, el ex candidato presidencial pertenece a una ideología «muy conservadora»: «Que no corresponde a la tradición democrática del PAN».

Al blanquiazul le desea lo mejor: «Espero que se reconstruya». Como otros partidos que estuvieron a punto de perder el registro, Muñoz Ledo asegura que aún hay esperanza para ellos, como Encuentro Social, quien «encontró» una forma de salvarse, según una conversación que tuvo con el dirigente de la organización, Eric Flores.

En cuanto al triunfo de AMLO, lo vivió de cerca. Estuvo con él después de recibir la noticia de su victoria aplastante. Apenas iniciaba la noche y José Antonio Meade admitió que los números no le favorecían. «Será Andrés Manuel quien lleve el poder ejecutivo», dijo. A él le siguió la retirada de Jaime Rodríguez ‘El Bronco’, y al último ‘El Chico Maravilla», Ricardo Anaya Cortés.

¿Cómo fue la victoria de AMLO? Muñoz Ledo apunta que lo vio «muy entero» y que el morenista se encuentra, más que feliz, «profundamente preocupado» por el futuro del país. «Ahí tengo las fotos», y busca entre sus documentos hasta que uno de sus asistentes le da las imágenes.

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En unas imágenes aparece AMLO serio; abraza a Porfirio. Unas pocas horas después, el tabasqueño da su discurso en el Zócalo, en donde promete a la población: «No les voy a fallar». Para Muñoz Ledo, esa noche fue la culminación de un proceso histórico que inició en 1988, en las elecciones entre Cárdenas hijo y Carlos Salinas de Gortari, el «innombrable».

Para el ahora diputado, la actuación de las instituciones fue buena durante las elecciones, al igual que la del Instituto Nacional Electoral y la de los jóvenes. «Peña Nieto tiene que escoger entre una transición en paz, más o menos paz, porque cada cambio de gobierno es terrible, lo sabes».

Como legislador explica que habrá que crear leyes y poner las condiciones políticas y económicas para transformar para bien el futuro de México. A los políticos no hay que enseñarles a no ser corruptos: «Hay que crear sistemas y valores. El tema de fondo no es la corrupción, sino la impunidad».

No obstante, ¿podemos hablar de una democracia madura?: «¡No hombre! Por Dios, estamos construyendo la democracia, cómo vivir en democracia es un aprendizaje de mucho tiempo. Hay que entender la pluralidad en serio, hay que entender a la ciudadanía».

¿Y la elección de Puebla? «Es un desmadre, vamos a pedir que entre el INE».

Las políticas de AMLO en un México de hoy

Los primeros quince días del equipo de López Obrador fueron de mucho movimiento. Olga Sánchez Cordero, prevista para ser secretaria de Gobernación, adelantó que se buscarán reformas a nivel federal que incluirán la legalización de la marihuana y el aborto.

En cuanto a la cannabis, Porfirio opina: «Yo no sé qué pudiera resultar o cuál es el camino; yo sí sé, yo, Porfirio Muñoz Ledo, que soy partidario del programa de las Naciones Unidas: hay que despenalizar la última cadena de consumo y combatir el problema desde fondo, tan sencillo como eso».

La interrupción legal del embarazo es más complicado imaginarla a nivel federal: «Para que se legalice a nivel federal, se tiene que entender que la Ciudad de México tiene condiciones culturales especiales para este tipo de políticas. La Ciudad de México tiene una conciencia más avanzada».

Para él, este tipo de políticas fueron «naturales» en la capital y en su Asamblea Legislativa. «Lo otro (la marihuana) y la interrupción del embarazo corresponde a las mejores legislaciones del mundo. Esas cosas se van dando, yo no puedo ir al estado de Guanajuato, al estado de Nuevo León o al estado de Querétaro e imponer esas leyes. Son evoluciones de la conciencia política».

Muñoz Ledo plantea que para una evolución hay que eliminar la política del «ya gané», velar por la fuerza de la razón. Por eso, adelanta, durante su labor legislativa habrá un diálogo plural con los demás partidos políticos, en la búsqueda de la pluralidad.

¿Hay una figura fuerte para representar a la oposición en los otros partidos? «No», menciona, «desgraciadamente, pero ya se formará con el tiempo. Un tsunami como el de Andrés Manuel pega a todo mundo, hay una oposición que debe reconstruirse y tendrá sus tiempos, la local, la nacional».

«Me interesan mucho más los otros partidos que mi propia gente», dice, porque considera que la buena política es arte de entender a los demás. La forma de entablar este tipo de relaciones sociales, «yo diría vernácula», aclara, debe terminar.

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