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Pasado cultural de “Los Dinamos” se encuentra en el olvido y el deterioro

Foto: Francisco Mendoza

«Los Dinamos», en la alcaldía La Magdalena Contreras, Ciudad de México, son actualmente una de las zonas que otorgan servicios ecológicos y turísticos al sur de la ciudad, pero esta también resguarda en su interior elementos culturales. Sin embargo, los vestigios del pasado histórico del lugar han quedado sin una clara protección más allá de algunos esfuerzos de los comuneros.

En entrevista con La Hoguera, Miguel Ángel Mendoza Juárez, presidente de la Comunidad de Aprendizaje Campesino (CAC) 01 – Los Dinamos, señaló que actualmente hay una Zona Arqueológica en el ejido de San Bernabé Ocotepec, misma que consta de pirámides y un museo de sitio con vasijas sacadas de la misma zona. Sin embargo, apuntó que meramente en Los Dinamos existe el sitio de La Coconetla, donde se puede observar un Tlaloc tallado en una roca.

«Se conserva, está muy pequeño, justamente es la parte turística de allá porque está el Mirador de La Coconetla, primero: luego es el tallado que se encontró. También tenemos lo que es el lado de Tarumba, cuyo slogan es ‘Puerta del Cielo’ (…) a lo largo del camino también se han encontrado vestigios, ornamentos, por ejemplo, tallados de ‘piedra del sacrificio’ sobre roca. ¿Pero qué sucede? No se le ha dado la importancia», pronunció.

El comunero apuntó que, derivado de que es una de las zonas donde nacen los afluentes de la ciudad -dando actualmente paso al único río “vivo” de la Ciudad de México, el Río Magdalena-, muchos han creído que en el lugar pudo haber algún centro ceremonial o una pirámide. Sin embargo, compartió que esa posibilidad genera temor entre la comunidad, ya que podría implicar la destrucción del lugar para ampliar la investigación y el impedimento para la recarga de los mantos acuíferos, misma que propicia la actual actividad turística y económica.

Consultada sobre el tema, la historiadora Irais Cruz Macedonio, licenciada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ilustró diciendo que en puntos del surponiente de la Cuenca de México -como la Cañada del Río Magdalena- se han encontrado restos de asentamientos de megafauna del año 8,000 a.C., pertenecientes al caballo americano o mamut. Ya hablando de las primeras aldeas humanas, expresó que si bien no hay vestigios que propiamente hablan de la presencia cuicuilca en el Preclásico (500-200 a.C.), sí los hay de presencia humana en La Coconetla en el Periodo Clásico Tardío (650 d.C.), ya que han encontrado «ollitas Tlaloc» teotihuacanas en el lugar; en tanto, coincide con asentamientos teotihuacanos en Coyoacán.

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A la par, apuntó que en un informe del ingeniero Daniel Castañeda, de 1934, se sugiere que tanto el basamento como la cerámica encontrados en la Presa de Anzaldo se asocian a una ocupación tolteca del Posclásico Temprano (900-1200 d.C.). En tanto, recordó que en el cerro del Mazatepetl hay abundancia de cerámica Azteca II del Posclásico Medio (1200-1428) y que para el Posclásico Tardío (1428-1521) la Cuenca de México estaba totalmente ocupada y la zona de interés aparece en la matrícula de tributos como tributaria de madera, al ser una zona boscosa.

La investigadora compartió que también ve interés de la comunidad agraria de La Magdalena Atlitic de rescatar esa memoria e incluso ha sabido de esfuerzos para cuidar el patrimonio ya descubierto. Al respecto, indicó que aunque los vestigios arqueológicos son propiedad de la nación y por ende todos los mexicanos tienen derecho a disfrutarlos, los comuneros están tomando algunas medidas para protegerlos.

«Actualmente se está haciendo algo interesante. Se limita el acceso a lugares famosos como Puerta del cielo u Tarumba, a 150 personas por día. En fechas como Semana Santa -no se si se siga aplicando los domingos, pero sí en fechas con mucha gente- al menos para el sitio de la Coconetla (se limita) el acceso a las mascotas; muchas veces (sus dueños) no se hacen responsables de ellas (…) Son medidas que se pueden considerar drásticas, pero en beneficio del resguardo», apuntó.

La también maestrante en el posgrado de Estudios Mesoamericanos de la UNAM indicó además que La Coconetla fue registrado como sitio de carácter arqueológico en 2002 y 2003 por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH); sin embargo, apuntó que aunque este sabe de su existencia, no lo resguarda aunque sería urgente hacerlo. Ante ello, indicó que aunque los investigadores -además de divulgar la importancia del lugar- le han invitado al instituto a que ponga señalética o cédulas de información, la petición formal debe ser gestionada desde la comunidad agraria, dado que sus integrantes son los poseedores de la tierra.

Concientización y museos comunitarios: opciones contra el olvido

Iraís Cruz, especialista en estudios históricos de la zona de Los Dinamos, señaló que muchos sitios arqueológicos se encuentran en abandono institucional y en franco deterioro. Ante ello, retomó una frase que recientemente escuchó: “Aquello que no puede hacer el gobierno, lo debe hacer la sociedad”. En ese sentido, apuntó que si las instituciones no pueden atender el rescate del patrimonio, son las propias comunidades quienes deben asumir ese papel.

Para concretarlo, explicó, este compromiso requiere que estas comunidades sepan de la existencia de instituciones y enterarse de cómo pueden coadyuvar al resguardo de dicho patrimonio. En su experiencia, mencionó que investigando los Códice Techialoyan ha trabajado con archivos históricos parroquiales olvidados por mucho tiempo, de modo que -junto a otras personas- se ha tenido que capacitar y tomar decisiones que han permitido que hoy estén resguardados de la mejor forma.

Sobre el caso concreto de Los Dinamos, señaló que más que un megaproyecto de excavación o reconstrucción, lo urgente es preservar lo que ya está identificado. Mencionó como ejemplo los petrograbados de La Coconetla, visiblemente dañados por la exposición a la intemperie, las lluvias y por el paso de visitantes. Ante ello, destacó que continuamente se llevan a cabo talleres de concientización para que los propios comuneros y custodios sepan cómo cuidarlos. “Les corresponde revalorizarlos, limpiarlos, no excavar, no llevárselos, que no los rayen, no los quemen”, sumó.

En ese mismo sentido, contó que se ha estado haciendo el llamado a los comuneros -y en general a todas las personas del país- a que, en caso de tener piezas arqueológicas, las registren ante el INAH; actualmente, dijo, las personas pueden conservar legalmente estos objetos en vida si los registran. A la par, subrayó que ello es importante porque a la par se hacen una especie de fichas descriptivas con datos del vestigio, mismas que permiten a los investigadores conocer detalles y hacer inferencias de qué pueden ser.

Cruz Macedonio también relató que en 2023 participó en un curso sobre Museos comunitarios, en colaboración con la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), a fin de difundir la importancia de crear espacios culturales impulsados desde la propia comunidad. En ese marco, propuso que las antiguas instalaciones porfiristas de los Dinamos —hoy en desuso— puedan resignificarse como espacios museísticos. “Son sus vestigios. En vez de usarlos como estacionamientos, podrían usarlos como museos. Tendría más impacto a nivel cultural y turístico”, subrayó.

La historiadora externó que este modelo de museos es viable y ha funcionado para otros lugares como Ecatepec, Estado de México y Culhuacán, Iztapalapa, Ciudad de México, pero que el referente que se tiene es el trabajo de la Red de Museos Comunitarios de América Latina en Oaxaca. No obstante, aceptó que llegar a materializarlo implicaría un periodo largo, aunque afortunadamente hay un buen diálogo con el comisariado de La Magdalena Atlitic.

Finalmente, narró que recientemente fue invitada por la comunidad agraria para dar una charla sobre arqueología y concientizar e informar del valor del lugar a quienes están siendo formados como gestores comunitarios. Destacó que estos serán una especie de guías comunitarios internos para atender a la gran cantidad de turistas.

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