Protestan en Nuevo León por desaparición de mujeres y feminicidios

Tras dos días consecutivos de protestas por la desaparición de 18 mujeres en el último mes, entre ellas María Fernanda Contreras Díaz, cuyo cuerpo fue encontrado en una vivienda que las autoridades catearon cuatro días después de que la familia se los pidiera, mujeres quemaron una de las puertas de acceso al Palacio de Gobierno.

Mujeres, familiares, amigos de María Fernanda Contreras tomaron las calles de la capital neolonés, Monterrey, para protestar por la lenta acción del gobierno del estado ante la creciente violencia de género que atraviesa la entidad.

Mientras se llevaba a cabo la protesta que subió de nivel al llegar al Palacio de Gobierno, sede el Ejecutivo Estatal, lugar donde las mujeres incendiaron una de las puertas de acceso. Ante ello, la administración de Samuel García Sepúlveda informó que ya se localizaron a 10 de las 18 jóvenes desaparecidas en las últimas semanas.

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María Fernanda, de 27 años de edad, desapareció desde el pasado 3 de abril en la colonia La Alhambra, de Monterrey, pero fue hasta el 7 de abril que la Fiscalía de Nuevo León realizó un cateo en tres domicilios, pese a las súplicas del padre de la víctima de hacerlo de inmediato, pues desde las primeras horas éste ofreció la última ubicación que marcó el GPS del celular de su hija.

La familia acusó que, sin la ayuda de la policía, pudo ubicar el teléfono celular de María Fernanda en las colonias Quinta Colonial Apodaca 1, Los Soles y Exhacienda de Santa Rosa e-1, de la misma ciudad del estado al que había acudido a comprar un vehículo, vehículo que después, el 6 de abril, fue hallado en la calle Jazmín, aledaña al penal de Topo Chico.

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La última desaparición se trata de la joven de 18 años, Debanhi Susana Escobar Bazaldua, quien no se localiza desde el pasado 8 de abril. La última vez se le vio en la colonia Nueva Castilla de Escobedo, luego de haber asistido a una fiesta.

Durante la protesta las manifestantes se enfrentaron a un grupo de policías granaderos que intentaban impedir que se ocasionaran daños al edificio gubernamental. Estas acciones son similares a las ocurrido a la conclusión de la marcha del 8 de marzo, en la que también incendiaron una de las puertas.