EU confirma que López Portillo fue agente de la CIA

El expresidente José López Portillo fue agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), organización estadounidense dedicada a recopilar información de seguridad nacional en todo el mundo, de acuerdo con un documento desclasificado este viernes por la Administración de los Archivos Nacionales de EU.

El archivo menciona que el exmandatario federal colaboró para la agencia, por lo menos, hasta antes de que asumiera el cargo de titular del Ejecutivo federal; esto porque la organización lo contactó el 29 de noviembre de 1976, dos días antes de su toma de protesta, para discutir la posible filtración de operaciones secretas en contra de Lee Harvey Oswald, presunto responsable de la muerte del expresidente John F. Kennedy, el 22 de noviembre de 1963, y quien posteriormente huyó a México.

En el memorándum se describe que ocho agentes sostuvieron una reunión en la que discutieron los riesgos de la publicación de uno de los documentos, además de que hacen referencia a que el próximo presidente de México sería un hombre “quien ha tenido el control del enlace por un par de años” y que no vería bien la publicaciones de la relación.

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Uno de los agentes alertó que en caso de hacerse públicas las fotografías del hombre no identificado en la Embajada Soviética, sería revelado el centro de espionaje desde donde fueron tomados los archivos ya que serían revelados al rededor del 75 por ciento de sus archivos.

Esta no es la primera vez en la que el nombre de un presidente es relacionado con la CIA, ya que también se ha hecho público que el expresidente Luis Echeverría Álvarez fue informante para la agencia durante los sexenios de Adolfo López Mateos, de 1958 a 1964, y Gustavo Díaz Ordaz, de 1964 a 1970.

El expresidente, de acuerdo con testimonios de excolaboradores de la agencia, sostuvo una fuerte relación con la CIA, ya que Díaz Ordaz buscó que la Secretaría de Gobernación coordinara operaciones entre la organización estadunidense y la extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS); sin embargo, una vez que fue nombrado presidente se distanció de la agencia lo que fue tomado como una ruptura entre las relaciones de inteligencia.

También, el exagente Winston Scott relató que una vez que concluyó la Segunda Guerra Mundial, la oficina mexicana fue una de las que adquirió una mayor relevancia para Washington, ya que se consideraba a la Embajada Soviética en México como su centro de espionaje para Latinoamérica. Además, de que posteriormente con el triunfo de la Revolución Cubana el país se volvió el centro de intercambio de inteligencia proveniente de diferentes agencias estatales.