TLCAN, la amenaza que se concreta

Al día siguiente de regresar de Ottawa, en Ontario, Canadá, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, ya no aguantó y tuvo que aceptar que las amenazas del representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, ya están en la mesa de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Para curarse en salud, el secretario Guajardo dijo que los recientes desastres que ha vivido en país lo han hecho más fuerte, que los mexicanos podemos afrontar todas las adversidades.

Sin embargo, el funcionario no tuvo el valor de reconocer que las tres rondas que se han realizado en Estados Unidos, México y Canadá, en ese orden, han sido una especie de tortura contra nuestro país, ya que se estaba tendiendo la cama para lo que se espera en la cuarta ronda.

Esa fase, que se llevará a cabo del 11 a 15 de octubre en Washington DC, será para los negociadores mexicanos como llegar a una fiesta con la manos vacías, expectante y sin saber bien a bien cómo comportarse.

“La cuarta ronda será complicada porque estamos llegando a hueso”, dijo el secretario de Economía en reciente conferencia de prensa con medios de comunicación.

El jueves 5 de octubre el titular de Economía advirtió ante dueños de empresas de América del Norte que México dejará de colaborar con Estados Unidos en temas de migración y seguridad nacional si este país decide abandonar el acuerdo comercial.

Narró todas las complicaciones que han afrontado los negociadores mexicanos debido a que la estrategia del gobierno de Donald Trump es “ponerle dinamita” a toda la negociación para ganar terreno y avanzar en sus pretensiones.

En ese contexto, el mismo ex negociador comercial estadunidense y ex presidente del Banco Mundial Robert Zoellick advirtió que existe 50 por ciento de probabilidad de que Trump saque a Estados Unidos del TLCAN.

Refirió que otros factores que influirán en la eventual salida serán los niveles de popularidad del jefe de la Casa Blanca y lo que resulte de la investigación sobre la injerencia de Rusia en las elecciones en las que resultó electo Trump.

Guajardo declaró también recientemente que en caso de terminar el tratado, sólo 3 por ciento de las exportaciones mexicanas a Estados Unidos afrontarían “picos arancelarios”.

La Secretaría de Economía ha informado que en las primeras rondas, los negociadores avanzaron en textos en aquellos temas en los que no tienen diferencias, por lo que para la cuarta ronda estarán listos para poner sobre la mesa los temas complejos, entre ellos, el laboral, reglas de origen o la reciente propuesta de Estados Unidos de limitar exportaciones en frutas y hortalizas mexicanas por estacionalidad.

Sobre esto último, Ildefonso Guajardo externó su malestar al señalar que le parecía sumamente extraño que Estados Unidos propusiera que se lleven a cabo, de manera expedita, investigaciones sobre dumping y subsidios sólo a productos agrícolas mexicanos que se exportan a ese país.

Están mostrando el cobre. Quizá lo más lamentable del asunto es que analistas de dentro y fuera del país ya advertían que eso se veía venir y que Washington no quitaría el dedo del renglón y que los negociadores mexicanos sabían que sus interlocutores no estaban dispuestos a ceder.

También se había advertido, incluso el propio presidente Trump no se cansaba de decirlo un día sí y el otro también, que Estados Unidos no renunciaría a sus exigencias sobre las reglas de origen, la cláusula de resolución de controversias, en el tema laboral.

Resulta muy complicado para el país salir del atolladero debido a la dependencia del mercado estadunidense, destino de 80 por ciento de las exportaciones mexicanas.

Lo que ocurra en la cuarta ronda también evidenciará la falta de información, el ambiente casi secreto en el que se ha estado negociando y sobre lo que se ha tratado y que afecta a una de las regiones más importantes del mundo, en la que habitan cerca de 482 millones de personas.