Congreso de CDMX prohíbe las corridas de toros «con violencia y sangre»

El Congreso de Ciudad de México (CDMX) prohibió las corridas de toros «con violencia y sangre» en la capital del país, dejando abierta la posibilidad de su realización con una serie de modificaciones que garanticen el bienestar y vida de los animales. Esto al alcanzar consenso la iniciativa ciudadana con modificaciones, a partir de planteamientos de la jefa de Gobierno de Ciudad de México (CDMX), Clara Marina Brugada Molina.

Durante la sesión, la panista Daniela Gicela Álvarez Camacho, presidenta de la Comisión de Puntos Constitucionales e Iniciativas Ciudadanas, subió a tribuna para presentar el dictamen de regulación de las corridas de toros. Aseguró que tal propuesta de cambio muestra que, pese a las diferencias ideológicas y convicciones profundas dentro del recinto legislativo, el diálogo es posible entre los diferentes grupos parlamentarios.

Recalcó que la iniciativa popular para la supresión de toros enfrentó a los diputados en un debate complejo y apasionado, donde unos clamaron por el reconocimiento del derecho al bienestar de los animales, mientras que otros defendían a la tauromaquia como una tradición arraigada en la identidad cultural. Aseguró que la reforma logra un consenso entre ambas posturas, ya que comprende el vínculo que tienen algunas personas con la fiesta taurina y el significado de cada acto dentro del ruedo, pero también acata el deseo de la sociedad de tradiciones sin maltrato animal.

«Corresponde a los seguidores decidir si estas reformas pueden dar lugar a una nueva expresión de la fiesta, que preserve su esencia pero en armonía con los valores de la sociedad actual», expresó. En tanto, aseguró que esta modificación legal es muestra de que se pueden construir soluciones reales y justas para todos mediante el debate democrático.

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Posteriormente, la diputada perredista Nora Arias comentó que la iniciativa busca preservar la esencia cultural de la tauromaquia, pero adaptándola a los valores éticos contemporáneos y la Constitución Política. Aseguró que las organizaciones defensoras de animales y gran parte de la ciudadanía apoyan los cambios propuestos, mismos que significarán el paso a una sociedad más ética y respetuosa con todas las especies de vida.

Enseguida, la priista Tania Larios dijo coincidir con la jefa de Gobierno capitalina respecto a que el espectáculo de sangre no puede justificarse bajo ningún concepto de arte y tradición, ya que incluso las artes y los derechos evolucionan. Resaltó que por muchos años y legislaturas se obstaculizó la discusión sobre la prohibición o regulación de los espectáculos taurinos, pues al menos desde 2018 en la constitución local se estableció que el mandato de respetar la vida e integridad animal como deber ético y obligación jurídica.

Más tarde, Royfid Torres González, del grupo parlamentario de Movimiento Ciudadano, aplaudió la propuesta de regulación de las corridas de toros, proveniente del gobierno de Clara Brugada. A la par, opinó que la reforma garantiza que la ciudad esté libre de espectáculos que tienen como ingrediente el maltrato animal y preserva el espectáculo taurino, adecuándolo a condiciones normativas actuales.

Fue desde el Partido del Trabajo (PT) donde las críticas a los opositores al dictamen provinieron en esta ocasión, ya que su coordinador parlamentario, el diputado Ernesto Villarreal Cantú, expresó:

«Somos conscientes de que habrá posturas que -aún después de lo logrado- apuntarán en contra de la reforma, pues no maximiza sus intereses y objetivos. Sin embargo, no perdemos de vista que la política es el arte de lo real y lo posible, y hoy como Congreso estamos haciendo posible acabar con la violencia de los seres sintientes, pero también asegurando que las familias que dependen económicamente de la tauromaquia no se vean afectadas»

Finalmente, el morenista Pedro Haces Lago subió a tribuna para acusar que en las últimas semanas el Congreso capitalino había sido escenario de muchos debates hipócritas y protagonistas sobre la «fiesta brava». En especial, señaló a la oposición, asegurando que Movimiento Ciudadano, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción Nacional (PAN) se comportaron de manera oportunista al promover la prohibición total de la tauromaquia para «caerle bien a un sector u otro».

Asimismo, mencionó al Partido Verde Ecologista de México (PVEM) por pretender lo mismo, pero matizó diciendo que si bien no coincide con su plan o estrategia, respeta su bandera histórica ambientalista. Al respecto, dijo que las prohibiciones o modificaciones sin conocimiento nunca han sido soluciones sostenibles ni viables; como ejemplo, mencionó que la prohibición de animales en circos trajo consigo la muerte de miles de estos.

Pese a su discurso, fue el único en votar en contra del dictamen por el cual se reforman la Ley para la Celebración de Espectáculos Públicos y la Ley de Protección y Bienestar Animal de la Ciudad de México. Tanto en lo general como en lo particular fue avalado con 61 a favor, 1 en contra 0 abstenciones.

Los únicos cambios avalados en la discusión en lo particular fueron los del diputado Jesús Sesma, del PVEM, quien logró subir de 10 a 15 minutos el tiempo de cada toro, con un máximo de seis animales de estos por evento. Además, recalcó que los animales deberán volver a la ganadería o su propietario, puntualizando la prohibición de las lesiones y muerte de estos.