Grupo de mujeres para también la Facultad de Ciencias Políticas de UNAM

Esta mañana, la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la Máxima Casa de Estudios fue tomada en apoyo al estudiantado de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la misma institución, luego de que se diera a conocer que el profesor Héctor Ignacio Martínez lleva “años” acosando a sus alumnas, aun cuando, según aseguran las mujeres, se le impuso una denuncia por violación.

Un grupo de alumnas de la FCPyS hizo circular un comunicado a través de redes sociales en el cual se explica: “por eso hoy alzamos la voz, porque nos rehusamos a temer, nos rehusamos a obligarnos a nosotras mismas a superar algo que nunca nos debió haber sucedido».

Para estas jóvenes, la Universidad «no es un espacio seguro, no lo ha sido y nunca lo será». Asimismo, el grupo que firma el comunicado se lanzó en contra de la Rectoría, luego de que afirmaran que estudian «bajo una narcorectoría, que prefiera encarcelarnos y robarnos espacios que nos pertenecían antes que cortar sus nexos con el narcotráfico con el que tanto se persigna».

El grupo de mujeres feministas aseguran que la institución las ha violentado tanto como lo hacen sus victimarios. Por lo que las alumnas exigen «justicia, no queremos papeles firmados por nadie porque no dejaremos que ninguna voz pese más que la nuestra».

Las estudiantes lanzan un llamado para denunciar «a todos aquellos que se han mantenido alegres al tiempo que arruinaban nuestras vidas». Y añaden: «Hoy llamamos a la huelga de todas para todas bajo la simple y atemporal consigna ‘YA BASTA'».

El grupo estudiantil se dice convencido de que no descansaran hasta «nombrar a cada uno de ellos hasta robarles la tranquilidad que nos arrebataron; hasta que ir a la escuela deje de ser un riesgo a nuestra dignidad y seguridad; hasta que dejen de tapizar las Facultades, prepas y CCHs de propaganda vacía y sancionen a los agresores; […] hasta que dejen de perderse nuestras carpetas de investigación».

El grupo de mujeres de la FCPyS, aunque se dicen cansadas, continúan con la lucha y resistencia porque a ellas las mueve «la rabia y el amor a la vida».

Concluyen que la universidad es «cuna de machos acosadores y violadores, que reproduce y legitima el sistema patriarcal que mata a 7.5 mujeres a diario en este país».

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