‘Albertano’ y su camino al pantano

Han existido actrices y actores que una vez que se caen les cuesta mucho levantarse porque son producto de esa publicidad que suele hacer diosas e ídolos de cartón que al momento de mojase no saben secarse.

Ejemplos hay muchos, Israel Jaitovich, que si su dinero no lo hubiera puesto en el terreno de “productor” hoy estaría dedicado a sus carritos donde también no tendría futuro; Adrián Uribe, quien se casó con “El Vitor”, cuando quiso hacer otras cosas sin su uniforme de microbusero, el modito ridículo de hablar que cree es de barrio y su “tuturú” alburero, incluso cine, no ha tenido mayor éxito que las repeticiones de un programa de concursos que pasó hace años y lo han repetido hasta el cansancio.

Y así podríamos seguir, pero concentrémonos en uno que lamentablemente es el ejemplo de como un “actor” busca hacer cualquier cosa con tal de no separarse de un personaje que ha hecho desde hace 14 años y no se ha dado cuenta de que ya caducó, es obsoleto y bastante ridículo para la televisión que se hace en cualquier parte del mundo.

Desde que Ariel Moramontes se vistió de “Albertano” en “María de Todos los Ángeles”, no se ha quitado lo que él cree es la neta de los personajes, un tipo galán y al mismo tiempo “inocentón”, y así ha vivido desde 2009, sin buscar lo que un buen actor haría, dejar en el ropero los botitas, mezclilla y los colores chillantes de las camisas, y buscar nuevas cosas que lo conviertan en verdadero profesional.

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Y si antes con “Albertano contra los mostros” ya se había visto lo limitado que está en el terreno histriónico, y si se deja embaucar por cualquier escritorcillo y si cualquier productorcillo le “dora la píldora” diciéndole que siga como “Albertano”, ahora con “El príncipe del barrio” —que por supuesto nada tiene que ver con “El rey del barrio” que hizo el gran y verdadero actor Germán Valdés “Tin Tan”— definitivamente lo han llevado al hoyo.

Esta “comedia” es una lástima para todos los que han hecho programas de entretenimiento con base en ese género, desde su planteamiento de un pobrecillo hombre que al llegar al barrio de Lomas de Chacaltepec le vuelan el celular y hasta la caja de su ropa, hasta la “evolución” del personaje y ser, o sentirse, “príncipe”.

Dicen que este bodrio, que por supuesto no tendrá una segunda temporada por pésimo, está inspirado en la puesta en escena “Lagunilla mi barrio”. Si es así, la neta, mejor ni acudir al teatro; y si la obra tiene su base en las cintas de los ochenta, los guionistas Fernando Galiana y Adolfo Torres Portillo, definitivamente deben demandar a los productores.

“El príncipe del barrio” cuenta con la participación de Violeta Isfel y Luis Fernando Peña, dos verdaderos histriones que han hecho varios papeles en distintos géneros y han demostrado su valía en el medio.

Ariel tendrá que reflexionar qué tanto más debe sobrevivir “Albertano” porque ya está en la delgada línea de dar un giro a su carrera o será otro Adrián Uribe.