PRI pierde el Estado de México; se queda como cuarta fuerza política

Después de ejercer una hegemonía por más de 70 años, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se derrumba. Tan solo en la gestión de Alejandro Moreno Cárdenas ‘Alito’, quien asumió la presidencia del partido en agosto de 2019, y que ha liderado los procesos electorales de 2021, 2022 y 2023, ha perdido 11 estados.

Con la derrota en el Estado de México, el PRI, que en el 2015 era dueño de 20 estados y el partido más dominante del país, ahora tras el resultado de la elección de este domingo 4 de junio se ha quedado con únicamente una gubernatura, la del Coahuila, con lo que desciende a ser la cuarta fuerza política. Lo que lo convierte en el partido más perdedor de los últimos tres comicios.

Pese a festejar el triunfo de Manolo Jiménez en el estado norteño del país que hoy se puso en disputa, el PRI de Alito Moreno se posiciona por detrás de Morena que concentrará 21 entidades y 23 en conjunto con sus aliados, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) que gobierna San Luis Potosí, y Morelos con el Partido Encuentro Social (PES); del Partido Acción Nacional (PAN) que aún conserva el segundo lugar al mantener Aguascalientes, Chihuahua, Guanajuato, Querétaro y Yucatán.

Pero incluso el tricolor se fue por debajo de Movimiento Ciudadano, un partido relativamente nuevo en comparación con la historia de dominio de los priistas en el país, pues el partido naranja tiene el gobierno de dos entidades, Nuevo León y Jalisco

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Sin embargo, el dirigente nacional tricolor alega que no solamente gobernarán Coahuila, porque también se atribuye el gobierno de Durango, que el año pasado ganó el priista Esteban Villegas Villarreal, pero que fue en alianza con el PAN y el PRD, es decir, presuntamente tiene un gobierno de coalición.

Cuando Alejandro Moreno tomó el control del PRI, tenía 12 gubernaturas, entonces aún era la primera fuerza política, seguida del PAN que concentraba 11 estados, entonces el PRD también tenía representación gobernando dos estados, pero fue desde entonces que Morena empezó a tener impulso, porque fue entonces la primera vez que ganó tres estados: la Ciudad de México, Veracruz y Chiapas, con Claudia Sheinbaum Pardo, Cuitláhuac García y Rutilio Escandón, respectivamente. Y a partir de ahí ha ido arrollando a sus adversarios hasta arrancarles en solamente cuatro años, 20 gubernaturas.

Una elección tras otra, Morena ha ido despojando al PRI de las entidades, pero no de cualquier estado, en los comicios de 2022, el partido del presidente arrancó de sus manos uno de sus bastiones históricos, se quedó con Hidalgo, uno de los tres estados que nunca había tenido transición. Y ahora se suma el Estado de México que, de haber ganado, habrían cumplido 100 años en el poder. Misma situación en la que se encontraba Coahuila, pero que finalmente retuvo gracias a la división que presentó la alianza oficialista al postular a varios candidatos que hicieron dividir los votos.

Pero el PRI no solamente cayó en cantidad de estados gobernados, sino que su debacle también fue evidente en la pérdida de curules y escaños en el Congreso.