Keith Schilling, exejecutivo de Baker Hughes y propietario de la casa en Houston, Texas, dónde vivió durante un año José Ramón López Obrador, hijo del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), y por lo cual ha sido acusado por la oposición de presuntamente haber incurrido en el delito de tráfico de influencia niega haber tenido un vínculo previo con el arrendatario de su propiedad.

El extrabajador de Baker Hughes de 2016 a 2019, aseguró que él no tuvo conocimiento previo de quién rentaría su casa pues el proceso lo hizo un agente de bienes raíces que contrató para ese fin como siempre lo hacía cada vez que cambiaba de sede de trabajo.

“No tenía ninguna relación previa, conexión personal o familiaridad con el arrendatario o la familia del arrendatario de ninguna forma o manera”, dijo Schilling.

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Además, subrayó que durante su estancia en Baker Hughes nunca tuvo una actividad comercial e injerencia en la sede de México de la empresa. En cualquiera de mis roles en Baker Hughes, no tenía responsabilidad por ninguna actividad comercial o contrato en, o relacionado con, México”.

El ejecutivo explicó que, su casa estaba desocupada y disponible para alquilar después de que se mudó para administrar el negocio de la firma petrolera, segunda en el mercado mundial, a Canadá, por ello decidió alquilarla a un tercero desde agosto de 2019 hasta julio de 2020 por lo que celebraron un «contrato típico a precio de mercado» por el cual recibía un pago mensual.