Mexicana trabaja en vacuna contra el coronavirus

La ingeniera química e investigadora en medicina molecular Laura Palomares, está desarrollando con su equipo una vacuna contra el Covid-19 (SARS-CoV-2) , a partir de los estudios más actuales que se han hecho de las enfermedades del dengue y el zika.

En una entrevista para el Reforma, la química mexicana por parte del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) y maestra en biotecnología y doctora en ciencias por la UNAM señaló que la única forma en que se puede responder a este tipo de pandemias va a ser utilizando plataformas.

“Me refiero a una vacuna en donde ya tengamos todo el tren de producción, de desarrollo, de estabilidades, etcétera” mencionó Laura Palomares.
Laura Palomares, también investigadora del Instituto de Biotecnología (IBt) de la UNAM es la impulsora de una de estas plataformas tecnológicas y de metodología, enfocada en el zika y el dengue. Gracias a ello, fue creada una vacuna creada con tecnología de ADN recombinante.

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«Básicamente, nosotros utilizamos otro virus que no es patógeno, la cápside (conjunto de proteínas que recubren y protegen el genoma de los virus) de otro virus, y lo ‘decoramos’ con un epítopo (o ‘determinante antigénico’), con pedacitos del virus de zika y dengue para entonces tener una partícula viral que contiene esas secuencias que inducen la protección cuando le administramos esta vacuna al paciente», aclara Laura Palomares, el procedimiento para crear dicha vacuna.
Este mismo procedimiento, pero ahora con el Covid-19, puede ser la base para crear una vacuna contra el coronavirus.

«Ahora, muy rápidamente, le quitamos (a la plataforma) lo de zika y dengue, le ponemos lo de coronavirus, y ya podemos tener una vacuna contra el SARS-Cov-2», señala la ingeniera química
Este tipo de acercamientos para el desarrollo de vacunas a través de plataformas también ha sido implementado por varios países, y han logrado desarrollar dos vacunas, las cuales están en evaluación clínica.

En el caso de la vacuna de la mexicana, Palomares propone un tipo de ensamblajes virales, las cuales se encuentran en el mercado desde 1980, mientras que las de los otros países está basada en ácidos nucleicos.

«Pensamos que va a ser más fácil poder llegar al paciente y con menos preguntas de las entidades regulatorias si trabajamos con proteínas y no con ácidos nucleicos», considera la experta.

Por el momento, esta vacuna está en fase de prueba en animales y si se ven cambios positivos, estas pruebas podrán ser ocupadas en humanos en tres años. La investigadora destaca que los análisis se hacen gracias a años de investigación y eso impulsa a facilitar el camino para otras vacunas.

«Lo que nos tomó dos años en ingeniería genética, poner y quitar las proteínas, entender cómo se iban a ensamblar estas cápsides, caracterizarlas, etcétera, todo eso ya lo teníamos hecho. Eso lo reemplazamos con lo de SARS-CoV-2, y es precisamente lo que ahorita estamos avanzando».

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