Internacional
Jugador de West Point se hace adicto a pastillas tras sufrir una lesión
El jugador de futbol americano en los Caballeros Negros del Ejército, en West Point, Jared Rogers, parecía tener un futuro en el deporte nacional por el año 2016. Como defensa del equipo neoyorkino, y comandante de la compañía de cadetes, título otorgado a los estudiantes de élite en la escuela militar, dejó su carrera luego de hacerse adicto a las pastillas.
De tan solo 23 años, el joven buscó servir a Estados Unidos y desarrollar su carrera en ingeniería, sin embargo, acorde con lo relatado por NBC News, el estudiante ni siquiera llegó a su graduación de West Point. Rogers tenía un secreto y era la adicción a las pastillas para el dolor que le fueron recetadas tras sufrir una lesión durante las prácticas deportivas.
De acuerdo con el jugador, en 2014 este fue trasladado al hospital luego de sentir una extraña sensación en sus dedos, no obstante, creyó que saldría en un par de horas. Todo fue diferente. Rogers tenía los dedos índice y anular congelados en segundo grado por lo que tuvo que ser tratado con narcóticos intravenosos durante tres días. Tras ser dado de alta, el defensa fue recetado con 45 píldoras de percocet para aliviar cualquier dolor en sus dedos. «Ahí comenzó mi adicción», expresó Rogers. «Las semillas fueron sembradas».
Su adicción creció en 2015 cuando llegó al punto de necesitar más drogas de las que los otros chicos del equipo podían proporcionar pues él conocía que ellos también se suministraban drogas.
Posteriormente, los datos salieron a la luz en marzo de 2016 cuando tras hacerle pruebas antidopaje, éstas fallaron en su contra. Ante la situación, fue acusado de pertenecer a una red de narcotráfico e incluso declaró que lo hicieron ver como un vendedor de cocaína en West Point. «Solo era adicto a los opioides», expresó.
Tras la investigación se supo que el defensa de los Caballeros Negros prestó su celular a un compañero cadete quien lo usó para suministrar de drogas el colegio, entre las drogas provistas se encontraban las de Jared Rogers.
Sin embargo, el cadete decidió llegar a un acuerdo con la academia y renunciar a sus estudios para evitar un juicio militar y un posible encarcelamiento, el cual fue aceptado con otros términos como el de recibir una licencia que no es honorable entre los militares y una indemnización al gobierno por 256 mil dólares por el costo de su educación que es gratuita.
La experiencia de Rogers representó para el jugador y para su familia una criminalización a la adicción por parte de los militares, quienes, aseguran, pueden arruinar la vida de un joven en formación. Asimismo, en la revisión de los archivos de investigación se dio a conocer que no está acusado de vender drogas.
La academia West Point fue creada en 1802, siendo así el colegio militar más antiguo en Nueva York. La escuela que es gratuita para todos aquellos que deseen ingresar; sin embargo, deberán realizar mínimo cinco años de servicio militar después de graduarse. La academia sigue las mismas normas que los militares en servicio activo, no obstante en cuanto al tema de uso de drogas, los cadetes son castigados de manera más severa que los soldados.
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