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Metrópoli

No es sede propia; es una imposición: músicos de la Orquesta Típica

Después de que este lunes la Secretaría de Cultura capitalina anunciara que la Orquesta Típica de la Ciudad de México (OTCM) tiene, a partir del pasado 29 de enero, la Sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli (CCOY) como sede permanente, la agrupación sostiene que más que ser una solución, esta decisión es una imposición por parte de las autoridades de Cultura local.

En el documento firmado por el secretario de Cultura de la CDMX,  Eduardo Vázquez Martín, y con fecha del 24 de enero de 2018, se suscribe una serie de servicios que la OTCM tendrá en el espacio cultural a partir de la fecha asignada para su reubicación que, de acuerdo con la Secretaría, será definitiva. Sin embargo, la dependencia explicó que los lineamientos para ocupar la sala serían informados a la brevedad sin especificar más.

Este miércoles, un segundo oficio, fechado el 30 de enero de 2018, y ahora firmado por el coordinador de Producción en Espacios Públicos, Julio Blasina Palermo, y la subdirectora de programación Cultural de la Secretaría de Cultura de la CDMX, Aura Carolina Cervantes, detalla:

“Sobre el particular queremos enfatizar que la designación de la Sala Silvestre Revueltas, como Sede Permanente, asegura a los integrantes de la orquesta Típica de la Ciudad de México la tranquilidad de contar con un programa de actividades estable los días lunes y martes de 10:00 a 15:00 horas para ensayos y viernes de 14:00 a 21:00 horas para utilizar la sala indistintamente para ensayos o conciertos, de acuerdo al programa de trabajo que se establezca”.

Ante esto, la OTCM asegura que la nueva conformación de horarios representa una violación a sus derechos laborales, pues explican, esta decisión nunca estuvo sujeta a un consenso bilateral ni a una mesa de discusión.

“La orquesta tiene muy definido su horario de trabajo: martes, miércoles y jueves de 12 a 14 horas, viernes por la tarde y domingo en la mañana para horario de conciertos cada dos semanas. Así se organizó la temporada. Secretaría de Cultura local da la sede pero omite los lineamientos y cuando éstos llegan nos damos cuenta que están modificando la estructura de trabajo y de horarios. Básicamente no están dando el espacio que no ocupa la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México”, expresa Oscar Ramírez, percusionista.

Para los miembros de la OTCM, aceptar la planeación realizada por Cultura capitalina significaría renunciar a los trabajos alternos que muchos de ellos tienen como docentes o en otras agrupaciones, pues la falta de atención al asunto de regulación salarial para estos músicos ha provocado que la mayoría de ellos perciban sueldos inferiores a los 7 mil pesos.

“El asunto es que la mayoría de los músicos nos desempeñamos como docentes y músicos de otras agrupaciones, y esta nueva programación de horarios que nos imponen se enciman con nuestras actividades laborales fuera de la orquesta”, dice Ramírez.

Por otro lado, la dependencia pretende que los días destinados a ensayo se reduzcan y las horas incrementen para asegurar el cumplimiento de la programación.

“Además de propiciar el fastidio de los músicos teniendo ensayos de cinco horas, esto no permite la maduración de nuestro repertorio, ya que implica muchos riesgos en la ejecución como orquesta. Aunque los músicos ensayen por su cuenta, las horas en grupo no deben ser ni menos ni más, sólo las necesarias para tener un buen ensamble”, explica Luis Manuel Sánchez Rivas, director de la orquesta.

Se repite la historia

Aunado a las complicaciones para preparar los conciertos y las dificultades económicas, la nueva sede sigue sin tener las condiciones apropiadas para la preservación y resguardo del archivo documental y de instrumentos, así como de los espacios necesarios para los ensayos del coro, explican los músicos.

“La Sala Revueltas está recién remodelada pero no cumple con todas las necesidades, ni siquiera las de horarios. Al principio, las autoridades culturales nos dijeron que la Sala Revueltas era una posibilidad que podíamos considerar, ya que para nosotros (el coro) no era un espacio propicio, pues nunca nos garantizaron un salón y ahora pretenden que estemos en el vestíbulo que no es un lugar apto”, detalla Ricardo López, bajo del coro.

El Centro Cultural Ollin Yoliztli fue sede provisional de la OTCM cuando hace poco menos de una década les fue asignada la sala que actualmente les vuelven a dar.

Ahí, recuerdan los músicos, la falta de mantenimiento, las inapropiadas condiciones de trabajo y las marcadas diferencias con la Orquesta Filarmónica en cuanto a trato y servicios como acceso al estacionamiento e ingreso a los baños, terminaron por sofocarlos.

Odette Waller, concertino de la OTCM, narra cómo fue que en aquellos años, los profesores del CCOY firmaron un acuerdo para expulsar a la Típica, pues, argumentaban, la agrupación no pertenecía al complejo.

“Cuando llegamos, la primera vez, éramos personal adscrito al Centro Cultural Ollin Yoliztli, después, misteriosamente, en nuestros recibos desapareció esta adscripción. Nos volvimos intrusos y por eso no nos quieren. Esto de cambiar los horarios de manera arbitraria es una falta de respeto intolerable. Necesitamos que entren las autoridades sindicales para defender ese derecho de petición que nos da la Constitución. Están violentando nuestra economía. Está bien, nos vamos al CCOY, pero con nuestro horario habitual, sin cambios”, enfatiza Waller.

Por otro lado, otros miembros como Rosalía Esparza, violista, insisten en que esto no es nuevo para la orquesta.

“Esto ya pasó. Hace ocho años nos mandaron a la Silvestre Revueltas; ahí, le estorbamos a la Filarmónica y nos enviaron a la Hermilo Novelo, en donde acabamos amontonados y sin atención. La historia se repite. La escala de la Sala es un tormento, tiene pilares a la mitad y no esta acondicionada para cambios drásticos de clima. Es un lugar al que les saldría carísimo hacerle más parches. Sería más barato comprar otra sala. Creo es un buen momento para que el Distrito Federal, que se convierte en CDMX, nos tome como un proyecto por parte de la Secretaria de Cultura. Somos la única orquesta declarada Patrimonio Cultural Intangible de la ciudad y nos tienen que preservar”, sugiere Esparza.

Regulación Salarial, asignatura pendiente

Las autoridades de la Secretaría de Cultura capitalina encargadas del caso de la Orquesta Típica de la Ciudad de México han remarcado que el asunto de salarios no es una tema que les compete, tanto así, que en los dos oficios enviados esta última semana respecto a la designación de sede oficial, los sueldos y contratos igualitarios quedaron fuera.

La OTCM está compuesta en su mayoría por trabajadores que ha llegado a la agrupación ocupando plazas con diferentes tipos de nombramientos que no corresponden con  la función que desempeñan.

Esto se explica históricamente porque la plaza disponible al momento del ingreso tenía tal razón y era la plaza que se  podía otorgar para que comenzaran a trabajar. En el caso de la orquesta esto provoca una desigualdad salarial, pues hay quienes tienen una plaza como músico o cantante, mientras otros ocupan una base como chofer, peón o jardinero mientras se desempeñan como músicos profesionales de concierto.

Óscar Ramírez, también representante de la sección 21 del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno del Distrito Federal (S.U.T.G.D.F.), explica que ese es el principal problema por el que los tabuladores del padrón de finanzas de la ciudad no permitan que haya un acceso al escalafón ni que haya un concurso para las plazas que por defunción o jubilación se liberan y podrían ocuparse.

“En esta administración el escalafón ha estado detenido y lo último que se logró mediante acuerdos entre el S.U.T.G.D.F. y el gobierno capitalino fue que se estableciera un escalafón virtual mediante una plataforma de Internet en la que el trabajador se registra y hace llegar sus constancias de acreditación y formación profesional para después, mediante una evaluación completamente en línea, pueda acreditar tener esa preparación y acceder a otro nivel salarial”, explica.

Sin embargo, estos procedimientos están dirigidos al personal que labora en tareas administrativas y no tanto a quienes están en actividades operativas, como en el caso de los músicos. “Cómo demuestras en línea tu preparación y aptitud para ser  ejecutante o cantante. No hay un escalafón que nos permita acceder y esto se traduce a una desigualdad laboral y una falta de acceso”, detalla Óscar Ramírez.

“La renivelación salarial es algo que creemos justo y válido, pues de haber voluntad política para llevar a cabo todas estas gestiones los costos presupuestales no serían  tan grandes ya que estamos hablando de 90 integrantes. Los funcionarios que actualmente se están desempeñando tienen la oportunidad de atender a un rezago histórico que ha sido el salario de los músicos en una actividad tan demandante. Tenemos que estudiar muchos años para poder tener la especialización en nuestro instrumento. Llegamos a tener un grado académico que no siempre se reconoce. Sería importante atender este asunto porque somos una agrupación centenaria y única en su conformación, la única orquesta que es Patrimonio Cultural Intangible. Pedimos al jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, y al secretario de Cultura de la ciudad, Eduardo Vázquez Martín, que se implementen los mecanismos pertinentes que nos ayuden a resolver la parte salarial dentro de las capacidades que tienen sus instituciones” finaliza.

Este jueves, los 90 músicos que integran la Orquesta Típica de la Ciudad de México esperarán tener una reunión con el secretario Vázquez Martín, en las inmediaciones de la dependencia local, esto, para llegar a un acuerdo que no violente sus derechos laborales y continúe respetando los horarios acordados con anterioridad.

De no lograr un encuentro con el titular de Cultura capitalino, los músicos llevarán el caso ante la secretaria de Cultura Federal, María Cristina García Cepeda, y la Oficialía Mayor del Distrito Federal.

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