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Cultura

Ningún buen poeta de EU ha sido reaccionario: Ernesto Cardenal

Foto: Especial

Ernesto Cardenal, el poeta sacerdote, el jesuita que oró por Marilyn Monroe, el teólogo de la liberación en Nueva York, el guerrillero que encontró una estrella muerta en Park Avenue, el bardo del Apocalipsis y ministro de Cultura utópico, siempre levantado en armas literarias contra el imperialismo, pero admirador de los poetas de Estados Unidos, de Walt Whitman a John Ashbery, publicó su Antología de la Poesía Norteamericana, aunque no incluyó poemas del Nobel Bob Dylan.

En la edición, Cardenal, en cambio, sí optó por incluir como poemas textos periodísticos de H. L. Mecken, las últimas palabras del anarquista Bartolomeo Vanzetti ante la corte que lo condenó a muerte junto con Nicola Sacco y el guion de la película The River (El Mississippi). El poeta nicaragüense de 92 años (Granada, 1925) justifica así la inclusión en Mecken, Vanzetti y Pare Lorentz, en su prólogo.

«Otras particularidades de esta antología son el incluir como poemas unos que en realidad no se consideraban poemas, escritos por el famoso periodista satírico y acerbo crítico de la vida norteamericana H. L. Mencken, porque consideramos que son verdadera poesía moderna, calificable como antipoesía. También el incluir un texto no literario, las últimas palabras de Bartolomeo Vanzetti ante la corte que lo condenó a muerte junto con su compañero Nicola Sacco; y que Selden Rodman incluyó como auténtico poema, dándole corte de verso, en su A New Anthology of Modern Poetry. Y el haber incluido también, como poema, parte de la narración de la película The River (El Mississippi), escrita y filmada por Pare Lorentz, porque él mismo la presenta como poema dándole corte de versos».

Sobre por qué no incluyó a Bob Dylan, Cardenal comentó a este reportero poco después de la decisión de la Academia Sueca que él estaba de acuerdo con el Nobel al compositor y refirió que para él la poesía y la música popular vienen a ser lo mismo. Añadió que en los 70, cuando viajó por primera vez a Cuba, recomendó sin éxito a Haydeé Santamaría, directora de Casa de las Américas, que para el concurso literario de esa institución se incluyera a cantores de la Nueva Trova además de a los poetas.

Añadió que su antología está basada en la de Selden Rodman, pero cuando la leyó no sabía quién era Bob Dylan. “De haberlo conocido, lo habría incluido”, dijo entonces Cardenal en conversación telefónica desde Managua.

Curiosamente, Rodman sí seleccionó a Bob Dylan en su 100 American Poems: masterpieces of lyric, epic and ballad from the colonial times to the present, desde la edición de 1972. Otra antología importante en inglés con textos no sólo de Bob Dylan, sino también de otros músicos como Patti Smith o Robert Johnson, es The Oxford Book of American Poetry, al menos desde 2006.

El jueves 13 de octubre de 2016, la Academia Sueca sorprendió a los mundos literario y rockero al conceder el Nobel de Literatura ese año a Bob Dylan, más conocido como músico y cantautor, «por haber creado nuevas expresiones poéticas dentro de la gran tradición de la canción estadounidense». Más audaces aún, los académicos suecos lo compararon con los poetas griegos clásicos Homero y Safo.

En coincidencia, apareció este mismo octubre la antología de Cardenal de unas 400 páginas, pero Bob Dylan no está entre los 81 poetas estadounidenses seleccionados. No es la única antología en español que no incluye al hoy Nobel. Entre las más recientes, quedó fuera de Una antología de la poesía norteamericana desde 1950, publicada en 1992 por Eliot Weinberger en Ediciones del Equilibrista, con traducciones de María Baranda. Y es que con toda la rica historia de la poesía estadounidense sólo un poeta de esta nacionalidad había ganado el Nobel de Literatura en un siglo: T. S. Eliot, en 1948 (Josep Brodsky, que lo obtuvo en 1987, aunque nacionalizado es de origen ruso). Bob Dylan fue el segundo.

POESÍA DE LA DEMOCRACIA Y DEL EXTERIOR

En la antología de Cardenal está como coautor de la compilación y de las traducciones el fallecido José Coronel Urtecho (1906-1994) -quien en 1949 había publicado su Panorama y antología de la poesía norteamericana, editada por el Seminario de Problemas Hispanoamericanos en Madrid-, porque es una actualización de otra que ambos poetas nicaragüenses publicaron en Aguilar, en Madrid, en 1963.

En el prólogo, Cardenal señala que la edición actual añade unas 100 páginas de poemas que tanto él como Coronel Urtecho hicieron en los años siguientes a 1963. Expone que el primer criterio de la selección fue «naturalmente la excelencia», pero también influyó la mayor facilidad para traducir poemas, «excluyendo los más difíciles o imposibles de traducir», como algunos de Edgar Allan Poe.

«También hemos tenido otro criterio en la selección de esta antología: y es que hemos querido mostrar en ella principalmente la más genuina y representativa corriente de la poesía norteamericana, los poemas más americanos por así decirlo, y aquellos que a nosotros los americanos de la otra América más nos pueden interesar. Es sobre todo por esto que trabajamos unos veinte años haciendo estas traducciones. Con ellas queríamos contribuir a esa tarea de los americanos, ‘el descubrimiento común de un continente’, como dijo el poeta Archibald MacLeish», explica Cardenal.

Citando a Rodman, destaca que la poesía de EU es la única del mundo dedicada a cantar la democracia. «Y podría haber dicho también que es una poesía preocupada casi toda ella por la justicia social, aunque tal vez las dos cosas pueden ser lo mismo. Una cosa es cierta: que ningún poeta bueno de EU ha sido reaccionario. Ni siquiera Ezra Pound», sostiene el autor de Oración por Marilyn Monroe.

Cardenal honra a su maestro, amigo y coautor Coronel Urtecho al atribuirle una descripción de la poesía de EU como «un arte viviente que sigue de cerca la evolución profunda del país y expresa cada vez con mayor variedad el alma americana individual y colectiva». Recuerda que le decía que la influencia de EU en el resto de América «casi siempre era de lo más malo de ellos, y que nos debía influir también lo bueno, y una de las cosas mejores era su poesía».

Así, define a la poesía estadounidense como «muy vinculada a la naturaleza, tanto salvaje como domesticada», y «exteriorista. Y, en ese sentido, la contrapone a la de Octavio Paz y critica la poesía de países hispanoamericanos. «Existe en nuestra América una poesía que no se puede saber en qué lugar del mundo ha sido escrita, y que yo he comparado con los hoteles Hilton, que son el mismo en Caracas, en El Cairo o en Atenas. Me pregunto si existe en nuestros días el poeta que pudiéramos llamar de las pampas, o el de los Andes, el cantor del Amazonas o del Orinoco, el que en México hubiera hecho con las pirámides, los mercados o las fiestas populares lo que hicieron los muralistas mexicanos», señala.

Cardenal volvió a México el 23 de noviembre del año pasado, país donde vivió en las décadas de los cuarenta y cincuenta. En la capital sostuvo el jueves 24 un Encuentro poético en la sala Miguel Covarrubias de la UNAM con Eduardo Lizalde, apenas unos días atrás galardonado con el Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria 2016. El 27 de noviembre, presentó su antología en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara con Jaime Labastida, director de la Academia Mexicana de la Lengua, de la que Cardenal es miembro correspondiente, y de Siglo XXI, editorial que también ha publicado otras obras del poeta nicaragüense como la Nueva Antología Poética y Humboldt.

Entre los poetas antologados por Cardenal y Coronel Urtecho están los nombres clásicos de Walt Whitman, Edgar Allan Poe, Emily Dickinson, Ezra Pound, William Carlos Williams, Wallace Stevens, T. S. Elliot, Robert Frost, Carl Sandburg, Allen Ginsberg, Marianne Moore, Elizabeth Bishop o Kenneth Rexroth, así como otros más contemporáneos como John Ashbery, Gregory Corso, Gary Snyder, Howard Frankl, Philip Lamantia, Philip Murray, Richard Wilbur y Howard Nemerov.

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