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Cultura

MoMa sí honra en Nueva York al Indio Fernández con ciclo de cine

Foto: Festival Internacional de Cine de Morelia

Mientras en México todavía se espera un homenaje nacional a Emilio El Indio Fernández y una retrospectiva de su filmografía, el Museo de Arte Moderno (MoMa) de Nueva York abre sus puertas al cineasta, productor, guionista y actor, para dedicarle en marzo un ciclo especial de homenaje, con la proyección en de 13 filmes protagonizados, dirigidos o escritos por la más célebre figura de la Época de Oro del cine nacional, el único mexicano que ganó una Palma de Oro en Cannes por Mejor Película.

Del 1 al 13 de marzo, el mes de nacimiento del cineasta, el MoMa proyectará en el ciclo El Indio: The Films of Emilio Fernández las cintas Janitzio (1935) dirigida por Carlos Navarro, la primera donde Fernández actúa en México tras su regreso de Estados Unidos; María Candelaria y Flor Silvestre, ambas de 1943; Enamorada (1946); La perla (1947), con guion escrito especialmente para El Indio por el Nobel de Literatura 1962, John Steinbeck; The Fugitive (1947), dirigida por su amigo John Ford.

También Río Escondido (1947); Pueblerina, Maclovia y Salón México, las tres de 1948; Víctimas del pecado (1950); El rincón de las vírgenes (1972), donde El Indio actúa dirigido por Alberto Isaac, en su adaptación del cuento Anacleto Morones, de Juan Rulfo, amigo y coguionista en algún filme con Fernández, y Bring me the Head of Alfredo García (1972), realizada por Sam Pekinpah.

Apenas una probada a una vasta cinematografía de alrededor de 129 películas, poco más de 40 de ellas como director. El Indio Fernandez, además, reunió a las más importantes figuras de la producción, actuación y musicales de su época, como Gabriel Figueroa, Manuel Parra, Gunther Gerzso, Manuel Conde, los actores Pedro Arméndariz, Pedro Infante, Dolores del Río, María Félix, Ninón Sevilla, Columba Domínguez. Si eso fuera poco, su figura sirvió de modelo para la estatuilla del Oscar y construyó, con la ayuda de su compadre y diseñado de set Manuel Parra, la imponente Casa Fortaleza de Coyoacán, que sigue atrayendo visitantes todos los días, interesados en la vida y obra de El Indio.

En la página web del MoMa el ciclo se presenta con una introducción sobre quién fue el Indio Fernández: “Hijo de una india Kikapú y de un general revolucionario, Emilio Fernández, conocido por generaciones de cinéfilos mexicanos como El Indio, fue el realizador más celebrado que emergió de la Época de Oro del cine mexicano (…)

“Fernández llevó una imagen de la esencia de México al circuito internacional de festivales de los años cuarenta y cincuenta, ganando premios en Cannes (María Candelaria), Venecia (La perla) y Karolvy Vary (Río Escondido)”, se lee en el sitio del MoMA dedicado a la muestra, organizada por Dave Kehr, curador del Departamento de Cine.

También se destaca al equipo creativo de colaboradores del Indio, como el fotógrafo Gabriel Figueroa, de quien el MoMa ya presentó recientemente una exposición de su arte; el guionista Mauricio Magdaleno, además de estrellas como Dolores del Río, María Félix, Pedro Armendáriz, Arturo de Córdova, Columba Domínguez, Marga López o Ninón Sevilla.

“Fernández creó una auténtica voz latina que continua encantando y sorprendiendo, ahora vuelve con gran fuerza y timbre en magníficas nuevas restauraciones de los archivos mexicanos”, dice el MoMa.

El ciclo en el célebre museo neoyorquino se realiza en colaboración del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) y de su fundadora y directora general, Daniela Michel, con el apoyo de la Filmoteca de la UNAM, la Cineteca Nacional y Fundación Televisa, que posee derechos sobre filmes.

La Cineteca Nacional apenas el pasado fin de semana proyectó la película Maclovia, un clásico del Indio Fernández, con Columba Domínguez y Roberto Cañedo, dentro del ciclo Michoacán en el cine. Sin embargo, hasta ahora esa dependencia de la Secretaría de Cultura federal no ha organizado una retrospectiva amplia de la filmografía de Fernández, que participó en alrededor de 129 filmes como director, actor o productor, ni siquiera cuando hace dos años se conmemoró su 30 aniversario luctuoso.

Consultado al respecto en ese entonces, el director de Programación de la Cineteca, Nelson Carro, consideró que la efeméride por tres décadas “no era una fecha muy importante” como para hacer un homenaje al Indio y explicó que el problema para presentar una retrospectiva del mayor cineasta mexicano de todos los tiempos era que sólo muy pocas de sus películas estaban restauradas.

Emilio Fernández Romo, que nació el 26 de marzo de 1904 en Mineral del Hondo, Coahuila, y murió en Ciudad de México hace 32 años, el 6 de agosto, ha recibido homenajes en diversas partes del mundo, incluso estudiosos de su obra como la inglesa Dolores Tierney dan cátedra sobre su filmografía en universidades del Reino Unido y escriben libros dedicados a él, como Emilio Fernández: Pictures in the Margins, publicado en aquel país europeo en 2007, y que sigue esperando traducción al español.

En México, en cambio, se le ignora o se le desdeña. Sólo en televisión abierta o de paga pueden verse reiteradamente algunas de sus películas más célebres.

Cine transnacional

El cine de Emilio, Indio, Fernández es trasnacional, gran parte de sus películas son antimachistas, contrario a lo que la mayoría de sus críticos mexicanos opinan, y algunas “empoderan” a las mujeres a través de sus personajes femeninos, sin embargo ha sido “discriminado” en México por la etnicidad, el mestizaje del director y se le juzga a partir de la personalidad de éste y no por su riqueza cinematográfica, dijo en entrevista con este reportero en 2015 la académica inglesa, Dolores Tierney.

Durante la gestión de Consuelo Sáizar al frente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta, hoy Secretaría de Cultura) y de Paola Astorga como directora de la Cineteca, ambas anunciaron en conferencia de prensa el 17 de septiembre de 2012 que una de las nuevas salas de este foro, resultado de la remodelación que se emprendió en el sexenio pasado, se llamaría “Emilio Indio Fernández” en homenaje al cineasta. Pero, al final y sin ninguna explicación, al inaugurarse las cuatro salas que se sumaban a las seis ya existentes, la sala 10 que supuestamente era la dedicada al Indio terminó por llamarse “Luis Buñuel”, a quien por cierto, en abril, la Cineteca dedicará una exposición.

Crítica mexicana sesgada

En aquella visita a México, Tierney recordó en la entrevista que se enamoró de la obra de Fernández por “su belleza y profundidad”, pero que cuando empezó a escribir sobre filmes como Enamorada encontró grandes contradicciones entre lo que decía la crítica especializada del país y lo que ella hallaba en esas cintas.

“Muchos de los que escribían sobre Emilio Fernández vienen de las Ciencias Sociales, de la Historia, de la Antropología, analizaban su cine a partir de esos discursos; yo no, yo vengo de los estudios de cine, de los feministas, de los culturales, entonces eso influyó para mi visión sobre su cine”, explicó en aquella entrevista la catedrática de las Universidades de Sussex y Warwick y autora del libro Emilio Fernández, Pictures in the margins, obra única de análisis del lenguaje cinematográfico en la filmografía de ese director.

El Indio en Yugoslavia

Es tal la influencia del Indio Fernández en la cultura, que incluso fuera de México tuvo sus repercusiones, concretamente en los actuales países que formaban en la época comunista Yugoslavia.

Una de sus películas menos conocidas en México, Un día de vida (1950), protagonizada por Columba Domínguez, Roberto Cañedo, Rosaura Revueltas y Fernando Fernández, llegó en 1952 a la Yugoslavia gobernada por Josip Broz Tito y se convirtió en un fenómeno no solamente del cine, sino de la música popular por su banda sonora, pues promovió que grupos y cantantes serbios, croatas o montenegrinos cantaran rancheras o formaran mariachis.

Un día en la vida pegó al público de los pueblos de la ex Yugoslavia no solamente por los grabados de Leopoldo Méndez, la escenografía de Manuel Fontanals, la decoración de Manuel Parra, la fotografía de Gabriel Figueroa, las actuaciones de Columba Domínguez, Roberto Cañedo, Fernando Fernández, Rosaura Revueltas o Eduardo Arozamena, ni la misma dirección de Emilio Fernández, sino por la extraordinaria banda sonora que cautivó a los pueblos de Yugoslavia y que estuvo a cargo de Antonio Díaz Conde.

Esa banda incluía las canciones Amargado de la vida, Mañanitas, Mañanitas tapatías, Las olas (son huasteco), La valentina, Las golondrinas y el Cielito lindo huasteco, interpretadas por Fernando Fernández (hermano del Indio), Roberto G. Rivera y el Mariachi Pulido.

La interpretación del general Gómez (Fernando Fernández) de Las mañanitas fue la que más impactó a los yugoslavos y se volvió parte de su folclor, fue reciclada por algunos de los mayores cantantes de esa nación socialista de la época, como Predag Gojkovic o Slavko Perovic. Incluso la canción se rebautizó en aquel país como Mama Huanita (Mamá Juanita, el papel a cargo Rosario Revueltas como madre del coronel revolucionario zapatista y disidente del carrancismo Lucio Reyes, interpretado por Roberto Cañedo). Hay versiones en internet de “Mama Huanita” con letra en serbio.

Las canciones mexicanas y sus variantes en lenguas de la ex Yugoslavia inundaron la radio de la entonces república socialista y proliferaron las bandas de mariachis, una moda que alcanzó al mismo Tito y a cantantes como Nikola Karović y Slavko Perovic. Tal vez eso influyó para que Unesco incluyera al mariachi en su lista de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2012. Incluso el viejo dueto yugoslavo de Lepa Brena and Miroslav Ilić hizo en 1985 un éxito musical con el título de la película del Indio, Jedan dan života.

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