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Cultura

Las Brujas de la Noche: las mujeres que pusieron de rodillas a los nazis

Foto: Redes Sociales

La Segunda Guerra Mundial marcó la historia de la humanidad y dejó un centenar de anécdotas de horror y heroísmo. Entre estas, se encuentran las hazañas de un regimiento aéreo compuesto exclusivamente de mujeres de entre 17 y 23 años quienes decoraban sus obsoletos aviones con flores pintadas y también se volvieron la pesadilla del Tercer Reich: las Brujes de la Noche.

 

Mientras la mayor parte de las naciones involucradas en la guerra se limitaban a designar papeles de apoyo y asistencia a las mujeres que se enrolaban en sus ejércitos,  las mujeres del 588° Regimiento de Bombardeo Nocturno de la Unión Soviética tenían órdenes específicas de cazar y aniquilar a las tropas nazis en el Frente Oriental en misiones, como su nombre lo indica, primordialmente de noche. Lo que las volvió, en esencia, las primeras mujeres con autorización de devolver el fuego enemigo si eran atacadas.

Las Brujas de la Noche, pilotos de entre 17 y 23 años. // Foto: Twitter

Los viejos aviones que piloteaban —Polikarpov U-2, destinados en un principio a fumigar los campos soviéticos— eran demasiado ruidosos para misiones nocturnas. Por esta razón, al acercarse a sus objetivos, las mujeres apagaban los motores de sus aeronaves y planeaban hasta el punto donde debían bombardear. El ligero sonido que hacían las naves recordaba a los nazis el que, supuestamente, hacían las escobas voladoras de las brujas en los cuentos de hadas. El miedo los llevó a bautizar al escuadrón como “Nachthexen”. Brujas de la Noche, en español. Las pilotos adoptaron este mote como un distintivo de honor.

 

Las Brujas estaban armadas con equipo anticuado para la época. Volaban sin paracaídas puesto que la baja altitud a la que lo hacían los volvía inservibles. Los aviones no tenían radares, por lo que navegaban el cielo nocturno utilizando mapas y brújulas. Modificadas, las aeronaves solo podían transportar un máximo de 2 bombas por viaje, lo que las obligaba a hacer un mínimo de 8 misiones cada noche. Aunque esto no les impidió soltar más de 23 mil toneladas de municiones y 3 mil de explosivos en un lapso de 4 años. Además, sus aviones se incendiaban con facilidad, algo común ya que, como recordaron algunas pilotos en el libro “Night Witches”, “a menudo volábamos a través de un muro de fuego enemigo”. La mayor Nadia Popova recuerda una ocasión en la que contó más de 40 agujeros en su nave y casco.

Mayor Nadia Popova siendo reconocida por el entonces presidente de Rusia, Dmitry Medvedev en 2009 // Foto: Especial

Los alemanes, armados con tecnología de punta y ordenados en la doctrina Nacional Socialista que promovía, entre otras cosas, la superioridad de su raza y los roles de género tradicionales, detestaban con ira ciega a las Brujas, al mismo tiempo que les tenían un pánico primordial. Esto a tal grado que todo soldado que lograra derribar a una de ellas, sin importar si esta moría o no, se le otorgaba la Cruz de Acero, el reconocimiento más importante del Tercer Reich.

 

Por otra parte, en la Unión Soviética se les reconoció una vez terminada la guerra. Las 80 mujeres que llegaron a componer el regimiento fueron aplaudidas por los más altos mandos del Partido Comunista y el gobierno soviético por su destreza aérea y compromiso patriótico al realizar estas tareas, de manera voluntaria, en condiciones tan precarias. A 23 de las pilotos se les otorgó el grado de Heroínas de la Unión Soviética, el más alto galardón y el cual volvía a sus portadores miembros de facto de la Orden de Lenin.

Estampilla conmemorativa de Marina Raskova, la «Amelia Earhart rusa», quien entrenó a las Brujas de la Noche // Foto: Wikipedia

Este reconocimiento no significa que, en el campo de batalla, fueran aplaudidas o siquiera respetadas por los militares soviéticos. Inicialmente las tropas protestaron porque se les envió “niñas en vez de soldados”. Sin embargo, las Brujas estaban preparadas para este recibimiento. Entrenadas por Marina Raskova, la “Amelia Earhard rusa”, las brujas no solo sabían pilotear, navegar y dar mantenimiento a sus unidades, también estaban listas para enfrentar un ambiente donde se les vería como mero entretenimiento masculino.

 

La Brujas realizaron alrededor de 23 mil vuelos de combate, cada una de sus miembros debió haber participado en al menos 100 misiones, y unas 30 de estas no vivieron para ver el final de la guerra. En julio de 2013, a la edad de 91 años, la mayor Nadia Popova falleció. El mensaje nacional hecho por Viktor Yanukovich, entonces presidente de su natal Ucrania, y los obituarios publicados en su honor alrededor del planeta revitalizó el interés público en los países de la antigua Unión Soviética por conocer a las heroínas de la Gran Guerra Patriótica, como se le llamó en esa zona a la Segunda Guerra Mundial.

Foto: Twitter

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