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Cultura

Krauze, “paradigma del intelectual mercenario”: Helguera

En el libro Manual para votar, para principiantes y expertos, el caricaturista Helguera y el escritor Fabrizio Mejía Madrid reúnen el cartón y la crítica política para reflexionar sobre qué significa votar y el papel de los intelectuales en el ejercicio democrático.

En una de las caricaturas que ilustran el libro, Helguera dibujó al premio Nobel de Literatura Octavio Paz frente a una mesa de sacrificios azteca. Encima, hay un cadáver con una herida en el pecho y Paz sostiene el corazón, que es la cabeza de Carlos Salinas de Gortari sangrante. En la otra mano, el autor de El laberinto de la soledad sostiene un diamante que usó para cortar.

«Octavio Paz. Es una cosa que hacen los intelectuales mexicanos: no se hacen responsables de las cosas que dicen ni que escriben. Cuando viene el fraude del 88, Octavio Paz y su gente y Aguilar Camín y las dos revistas en ese momento, Vuelta y Nexos, ahora Letras Libres y… Nexos, ¿o se llama Etcétera?, validan el fraude de Salinas; como siempre, con argumentos muy tortuosos, muy sofisticados aparentemente», cuestiona Mejía Madrid.

Recuerda que los intelectuales argumentaban que «no se podía saber quién ganó»  en el 88, porque hubo votos quemados que aparecieron en las carreteras de Michoacán: «Por lo tanto, decían, hay que asumir que el señor que tomó el poder no dio un golpe de Estado, porque sí hubo una elección, pero la legitimidad, y ahí lo decimos en el libro, ‘la puede ganar en el desempeño’, que no importa cómo ha llegado si el tipo era bueno, y entonces (los intelectuales) estaban legitimando una dictadura y un golpe de Estado».

En 1990, durante un debate entre intelectuales, el escritor Mario Vargas Llosa llamó a México «la dictadura perfecta»: «Yo no creo que se pueda exonerar a México de esa tradición de dictaduras latinoamericanas», dijo el peruano en ese encuentro. Pues para el novelista México tenía a un partido que cambiaba de presidente, pero que mantenía un régimen totalitario.

Al respecto, Fabrizio Mejía opina: «Octavio Paz y Enrique Krauze se indignan con lo que dijo Vargas Llosa. Y Krauze habla de una ‘dictablanda’ y Paz dice: ‘yo no estoy dispuesto a discutir este tema: México es un sistema de partido dominante’”. “Lo que quiera que eso signifique», comenta Helguera antes de reír.

«Los neoliberales son vergonzantes, nunca quieren admitir. No dicen ‘¿yo soy neoliberal? No, no, no, no. Yo estoy preocupado por quién sabe qué tontería'», subraya el caricaturista.

«Sí, la hacen pasar por una ideología… que fuera natural: así trabaja el mercado, así funciona, así funciona la vida, tienes que pagar y trabajar; y si no, estás mal, estás loco y eres un amargado o eres populista, un looser. Y esos intelectuales siempre le han servido al poder. Octavio Paz se sale de la embajada en la India después del 2 de octubre del 68, pero sigue cobrando su sueldo y funda una revista, igual que se fundó Nexos; una revista, Vuelta, que justifica todo de la manera más patética, todos los actos de gobierno. En ese momento apenas empezábamos a votar, y Octavio Paz se puso del lado de Salinas», apunta Mejía Madrid.

Para Mejía Madrid, probablemente esta tendencia de algunos intelectuales tiene que ver con el dinero: «Como casi todas las publicaciones en México, viven de los presupuestos de comunicación de los gobiernos de los estados, pues tienen que quedar bien varias veces al año para poder tener un contrato de publicidad, creo que se explicaría así. Octavio Paz fue mucho más ambicioso».

El escritor relata que Carlos Salinas de Gortari, como parte del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, planteó la exposición «Esplendores de 30 siglos», dedicada a la historia de México y que daría la vuelta al mundo. «Y deja a Octavio Paz que escriba el catálogo, y ahí va Octavio Paz, a cambio de que con la nueva presencia del presidente Salinas y del TLC pueda negociar el Nobel de Literatura».

En cuanto a la pregunta de si este mecenazgo de políticos a intelectuales sigue existiendo, Mejía Madrid responde que sí, sigue habiendo mentes al servicio del poder: «En la academia por ejemplo, uno puede ver casos notables de alguien que era crítico, no voy a decir nombres, pero sí alguien del Instituto de Investigaciones Sociales que era un estudioso del narcotráfico, de pronto saca un artículo en un periódico en medio de la matanza de Calderón, diciendo: muere más gente por diabetes y tabaquismo; ahí está la realidad de por qué cambian su opinión».

“Descartado, que el INE sea garante de las elecciones»

Helguera interviene, él sí tiene nombres de gente que ha adoptado estas prácticas: «Yo sí voy a decir nombres, yo creo que el paradigma del intelectual que cumple esa función es (Enrique) Krauze. El problema de Krauze es que realmente se quemó, yo creo que desde 2006, desde que acuñó eso del ‘mesías tropical’, de todos modos a él no le importa haberse quemado y haber sacrificado su prestigio, que sí lo tenía».

Para el caricaturista, Krauze ya es un «militante» del PRI y el PAN: «Es un militante de la derecha neoliberal. Parece que él tiene una misión en la vida y es impedir que López Obrador llegue a la presidencia de la República, es un caso que va más allá, no es nada más que sea complaciente con los gobernantes, ya sería el caso de un intelectual, y lo pondría entre comillas, que se ofrece como mercenario».

Para Helguera y Fabrizio Mejía, Krauze ha aprovechado su cercanía al poder para impulsar hasta a sus familiares: «Y quiso estrenar a su hijo (León Krauze) en las mismas funciones, lo que pasa es que el chavo no ha tenido tiempo ni de construirse un prestigio, entonces lo está haciendo al revés, se está quemando primero», remata Helguera. «Creo que el prestigio del hijo es en Sacramento», bromea Mejía Madrid, «sólo lo conocen ahí».

Creer en la democracia o no

Ante la pregunta de si alguno de los dos autores cree en la democracia, Mejía Madrid responde que sí, pero bajo ciertas condiciones: “Tiene que tener algo muy importante que es la soberanía popular. Todos nosotros le entregamos el poder a unos representantes, pero esos representantes no pueden hacerlo todo, esos representantes tienen que estar vinculados casi imperativamente a lo que se decida por mayoría”.

Para Helguera: “Yo no veo otra forma posible. Hace unos años Porfirio Muñoz Ledo señaló que es impensable un cambio en México por la fuerza, por la vía armada. Y su argumento es contundente: en México las armas las tienen las fuerzas armadas y los narcos, la sociedad no, o muy poquitas; y yo agregaría que ya puestos a enfrentar al Estado, narco y Estado se alían sin problemas. Yo creo que los 43 de Iguala (los estudiantes normalistas desaparecidos en el estado de Guerrero en 2014) es una muestra de eso, lo que yo vi con la desaparición de estos chavos es una especie de coordinación”, menciona.

La coordinación entre narcotráfico y fuerzas federales en el caso de los 43 fue clara para Helguera: los levantan policías locales, ayudados por policías federales, y después entra el Ejército a encubrir toda la operación y en medio entregan a los jóvenes a las organizaciones delictivas locales: “Borran toda evidencia, hay una sincronía que dices ‘esto es un ensayo’, eventualmente el narco que se convierte en otro ejército más del Estado, entonces no podemos enfrentar eso por la fuerza, tiene que ser por las buenas”.

¿Hay algún candidato que podría beneficiar al narco?
Mejía Madrid responde contundente: “El crimen organizado no tiene ideología, o en todo caso tiene la ideología neoliberal que es la del dinero rápido y fácil, el monopolio. Han aprendido perfectamente de los grandes corporativos; entonces lo que vemos es en realidad una guerra entre monopolios, nada más que es violenta”.

Para el caricaturista todo está vinculado: “El Cártel de Sinaloa lava dinero en el HSBC, y el gobierno de Estados Unidos detecta ese lavado de dinero, que es de billones de dólares, y no lo castiga; es decir, ahí hay conjunción en el sistema financiero con la ilegalidad de aquel momento”, a lo que agrega, “y entonces ese dinero entrará al PAN, al PRI, al PRD, a Morena y al Verde porque es una buena forma de lavar dinero y si tienes un Estado donde el INE tarda cinco años en que les den unos estados de Bancomer a una semana de que prescriba el delito, ¿de qué estamos hablando?”

Helguera menciona que narcotráfico y neoliberalismo son dos conceptos económicos complementarios: “La gran industria que floreció con el neoliberalismo y el TLC fue el narcotráfico. El narco se beneficia del sistema neoliberal y el sistema neoliberal de la continuidad del narco, porque los ingresos por narco superan ya incluso a los del petróleo. El narco ya es un pilar de la economía mexicana”.

Fabrizio Mejía cuenta que hay una famosa anécdota de Carlos Fuentes, donde el autor de La región más transparente y (Gabriel) García Márquez son invitados por Bill Clinton a la Casa Blanca. Ya en medio de la plática, García Márquez le pregunta al entonces presidente de Estados Unidos: “¿Por qué no legalizas las drogas y dejamos esta guerra?”, a lo que Clinton responde: “¿Tú sabes lo que eso le haría al sistema financiero mundial?” Para Mejía Madrid eso es lo que hace difícil sacar al narco de la sociedad.

Pero Helguera va más lejos: para él el narcotráfico es una industria útil incluso para el gobierno de Donald Trump:

“Por ejemplo, los Zetas son el verdadero Instituto Nacional de Inmigración para llegar a Estados Unidos, para que no lleguen, para inhibir la migración de centroamericanos a Estados Unidos. Es lo que pasa con los Zetas, cómo asaltan los trenes donde vienen los migrantes, cómo violan a las mujeres, cómo torturan y secuestran y extorsionan a los migrantes: los narcos se han ido convirtiendo en corporaciones del Estado, es una corporación que cuando le conviene se va contra la sociedad. Ni siquiera el muro es tan eficiente como los Zetas masacrando migrantes, ahí está lo de San Fernando (matanza de 72 migrantes en 2010), todo eso está lleno de inmigrantes que nadie puede identificar”, finaliza.

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