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Nación

El rapero que disolvió con ácido a los 3 jóvenes cineastas de Jalisco

Foto: Especial

La macabra acción de disolver con ácido los cuerpos de los estudiantes de Jalisco desaparecidos el 18 de marzo ya tiene autor: el rapero ‘QBA’, quien sorpresivamente confesó haber «pozoleado» a los jóvenes siguiendo órdenes del Cártel Jalisco Nueva Generación.

Ayer lunes la Fiscalía de Jalisco, en coordinación con la Secretaría de Gobernación, confirmó que los cuerpos encontrados en tres cabañas diferentes eran los tres estudiantes desaparecidos en Tonalá: Javier Salomón Aceves Gastélum, Jesús Daniel Díaz García y Marco Francisco García Ávalos, de la Universidad de Medios Audiovisuales.

El rapero, con más de cien mil suscriptores en YouTube, junto con otros victimarios, habría confundido a los estudiantes con miembros de sus rivales, el Cártel Nueva Plaza. Los jóvenes estaban grabando en una propiedad «altamente riesgosa» cuando fueron secuestrados por el grupo delictivo, golpeados, asesinados y por último, disueltos en ácido sulfúrico.

Según informes de la fiscalía, el rapero cobraba 3 mil pesos a la semana por esta actividad.

Mientras mantenía esa vida, también se formaba una reputación como rapero en Guadalajara. Heredero de la pinta gangsteril de algunos de los exponentes del género, subía a sus redes sociales fotos en compañía de alcohol, mujeres en paños menores y armas.

En Facebook, el hombre de 20 años acumulaba 48 mil me gusta. Además de tener su negocio en las filas del narcotráfico, cobraba 300 pesos por boleto para verle lanzar rimas. Letras y letras que le valieron hasta cinco millones de reproducciones en sus videos en YouTube.

La muerte no sólo la encontraba en esa cabaña tapatía, también en sus rimas: «La muerte no tiene horario», era uno de sus mayores éxitos. En él aparecían los sonidos de una mujer sufriendo. Luego, disparos de un arma de fuego: «La muerte no tiene horario, aquí en el barrio se escuchan disparos», era uno de sus versos.

Otras de sus letras resultan ser más reveladoras: «Me la vivo bien relax en las/ en las venas la maldad ya no pueden/ el vecindario está caliente/ nuestra vida es muy diferente».

En otras letras, se muestra aparentemente arrepentido de su «karma»: «Ya no aguanto más el karma/ pasa todo lento y parte el alma/ me duele demasiado mi corazón más que nada/ pasan las horas y me sumerjo en la agonía/ yo soy todo el reflejo que presenta la mala vida».

Entre presentaciones, mensajes en vivo y videos musicales improvisados, QBA había llenado su canal con 67 videos ampliamente comentados. Además, sus fans tomaban sus frases y las ponían en imágenes para compartirlas en Facebook y Twitter.

Como uno de los representantes del rap callejero más respetados de su zona, estaba preparándose para participar en el Rap Fest 664, el sábado 19 de abril en la ciudad de Tijuana. Su presentación, por obvias razones, fue cancelada.

El rapero era «promocionado» por pequeñas productoras como Aztlann Nation, en las cuales realizaba videos con formatos similares: él aparecía entre sus «compadres» soltando rimas mientras alrededor la gente se drogaba con activo y presumía la compañía de chicas que lo veneraban.

En su mano tenía, cerca de los nudillos, una calavera que le recorría casi todo el brazo. También llegó a rapear en sus videoclips por cementerios, y mostrar en sus videos veladoras y fotos de niños muertos.

Sus letras, distribuidas por la comunidad tapatía, hablaban sin ser explícitas, de una realidad que el autor vivía. Macabra, grotesca.

 

Marchas en Jalisco y Ciudad de México por asesinato de tres estudiantes de cine

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