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El Ramadán y el Mundial: ¿cómo empatar las creencias y la profesión?

Selección de Egipto
Foto: Egypt National Football/ Twitter.

La estrella egipcia del Liverpool, Mohamed Salah, se lesionó el hombro después de una falta por parte de Sergio Ramos, del Real Madrid, en la pasada final de la Champions League.

El incidente provocó preocupación y sacudió a todos los entusiastas del jugador. Entre todas las ideas barajadas al respecto, se enarbolaban razones antisionistas o intencionalidad de Ramos. Pero un clérigo kuwatí, Mubarak Al Badhali, atribuyó la lesión a un castigo divino, porque el jugador interrumpió el ayuno del Ramadán.

 

¿Qué tanto sabes de la selección de Uruguay?

Este último conflicto continúa en fechas recientes, en específico en días previos al Mundial, ya que el inicio del evento futbolístico más masivo de todos se ha empalmado con la celebración musulmana. Y, este viernes, la selección de Egipto (donde juega también Salah) disputa su primer partido de la contienda, teniendo por contrincante a Uruguay, justo en medio del debate sobre cómo conjugar sus costumbres con su profesión.

Este Mundial contará con la participación de seis países con una población musulmana superior al 90%: Marruecos, Túnez, Senegal, Egipto, Arabia Saudí e Irán, a los que se suman Nigeria, donde el islam es la religión mayoritaria, y los futbolistas musulmanes hijos de inmigrantes, dispersos en distintas selecciones como Francia, Alemania, Bélgica o Suiza.

¿Cómo empatar los mandatos religiosos con el juego del balompié?

Según explica Hossein Kamaly, profesor del Barnard College especializado en estudios islámicos e historia de Medio Oriente en una entrevista para The New York Times, el Ramadán es una celebración del Islam que se celebra durante un mes completo, durante el noveno mes del calendario lunar árabe, y en el que se festeja el descenso del cielo a la tierra de la palabra de Dios, el Corán.

Para recibir las bendiciones propias de la fecha, las mujeres y los hombres en buen estado físico deben ayunar a lo largo del mes, igual que los jóvenes de ambos sexos que hayan llegado a la edad de la observancia religiosa.

“Tal como lo describe el Corán, el ayuno diario debe comenzar antes del amanecer y terminar junto con la puesta del sol. Están exentos de ayunar los que no puedan dejar de comer o beber por ser de edad avanzada, tener enfermedades u otras razones, pero igual reciben las bendiciones de este mes”, comenta Kamaly.

Asimismo, agrega: “El Ramadán es más que abstenerse de comer o beber (…) Es un momento de contemplación, devoción y rememoración de Dios, en especial por medio de la lectura y la recitación del Corán (…) Uno de los sellos distintivos del mes es la “noche del destino” (…) llamada Lailat al Qadr, en árabe. El Corán dice que en esta noche especial los ángeles descienden del cielo (…) para traer la paz y la presencia divina al mundo. No se precisa cuándo puede ser (…) por lo tanto todas las noches son especiales”.

Ante este panorama, que incita a la pregunta de: ¿Puede ayunar un deportista de alto nivel?, no parece exagerado que los directores técnicos se preocupen por la capacidad de sus jugadores.

Por ejemplo, el argentino Héctor Cúper, director técnico de Egipto, manifestó claramente su inquietud cuando declaró al diario “La Nación”: «Tengo un problema antes del Mundial: el Ramadán. Mis jugadores ayunan desde que sale el sol y hasta que se pone (…) ¿Cuándo entreno? ¿A las cinco de la mañana? Yo no puedo hacer entrenar a alguien que no bebe líquido ni tiene calorías en el cuerpo».

En la misma línea, el seleccionador de Marruecos, el francés Hervé Renard, dijo en una entrevista reciente que el Ramadán del pasado 2017 fue «la experiencia más catastrófica» que había vivido con el equipo magrebí.

No obstante, al no haber en el Islam una institución centralizadora, hay una amplia diversidad de visiones al respecto de qué pueden o deben hacer los jugadores ante esta situación.

Acorde con algunas tradiciones, un fiel está exento de cumplir con los preceptos de Ramadán cuando está enfermo, de viaje o realiza un trabajo de gran dureza física, pero algunos clérigos dudaron sobre si tal lectura podía aplicarse a los futbolistas.

Por otro lado, la prestigiosa institución sunita de Al Azhard, con sede en El Cairo, se mostró cauta: «Si los deportistas tienen problemas y molestias, alcanzando el límite de su capacidad para combinar el ayuno y el cumplimiento de sus funciones y deberes, pueden dejar de ayunar», aseguró a la AFP el Centro Internacional de Fetuas de Al Azhar.

También, el Consejo Superior de los Ulemas, único organismo religioso habilitado en Marruecos para emitir fatuas (pronunciamientos religiosos), no ha manifestado su postura sobre este asunto, lo que también deja una laguna para establecer un marco de acción.

Por último, el médico egipcio del deporte y exasesor en nutrición para equipos profesionales, Cherif Azmi, comentó a la AFP (Agence France-Presse) que la práctica del ayuno, si está bien controlada, no impide como tal una buena preparación para una competición de alto nivel como el Mundial: «Para un deportista, y especialmente para un futbolista, es necesario durante el Ramadán conservar un cierto equilibrio alimentario (…) Proteínas, materias grasas, azúcar, glúcidos y sobre todo agua deben consumirse en las proporciones adecuadas a lo largo de las tres comidas principales”, precisa.

El Ramadán concluye hoy mismo, el día en que Egipto y su estrella, Mohamed Salah, saldrán a representar a su país ante Uruguay.

 

Alejandra Barrales tiene fiebre mundialista

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