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Metrópoli

“Dios te ama como eres”: La iglesia de la diversidad sexual

Foto: Omar Paredes

“Dios te ama así. Dios te hizo así”, fueron las palabras que aparentemente el papa Francisco habría dicho a Juan Carlos Cruz Chellew, un hombre gay de origen chileno, víctima de abuso sexual eclesiástico, durante una reunión el pasado 29 de abril, en Roma. Un mes después del encuentro, Cruz hizo públicas estas palabras que, asegura, le expresó el pontífice al referirse a su orientación sexual. No obstante, los representantes del Vaticano no confirmaron ni desmintieron la versión, pero sí reiteraron que las reuniones del papa tenían carácter privado.

No es la primera vez que el papa Francisco se ve relacionado con pronunciamientos en favor de una posible inclusión de la comunidad homosexual a la Iglesia —que a lo largo de su existencia ha condenado a las relaciones entre personas gay—. Francisco ha sido, quizá, quien ha reivindicado de alguna manera al catolicismo con respecto a temas de diversidad sexual, sin embargo, nunca lo ha hecho de manera abierta.

Alejandro González, reverendo de la iglesia de la Reconciliación, templo ubicado en la Ciudad de México y fundado bajo el principio “Dios te ama como eres”, hace 36 años, explica que un pronunciamiento público del papa Francisco sobre este asunto no puede darse fácilmente, ya que implicaría transgredir una tradición muy antigua: “En ese sentido, las congregaciones religiosas son tan diversas como las comunidades de la diversidad sexual. Hay quienes apoyan y quienes no. Hay quienes prefieren no emitir ninguna opinión. Estoy seguro que hay religiosos como obispos, sacerdotes y hasta el mismo papa, quienes creen que la homosexualidad es inherente al ser humano, que creen que las personas gay así nacieron pero, evidentemente, no pueden expresarlo de forma deliberada ya que existe una jerarquía con una postura al respecto, y usualmente tiene una intención que difícilmente podría modificarse ya que significaría cambiar formas de pensar”.

Foto: Omar Paredes

El 4 de octubre de 1981 la iglesia de la Reconciliación abrió sus puertas “convirtiéndose en la primera organización de base religiosa en América Latina en trabajar desde la experiencia y para el impulso de la espiritualidad y la sexualidad humana de las comunidades de la diversidad sexual”, de esta manera, entendieron la religiosidad como un rasgo de la cultura y la individualidad necesario para hombres y mujeres que, sin importar su orientación sexual, quisieran profesar la fe. “Somos una iglesia cristiana no denominacional, es decir, no pertenecemos a ninguna estructura de gobierno superior a nosotros. Esto nos da libertad de poder integrar a estas comunidades. La diferencia con las iglesias denominacionales es que ellas reciben apoyos económicos, pero también están obligadas a seguir la línea de exclusión para sectores como la comunidad LGBT. Esta iglesia existe gracias a hombres y mujeres que han aportado ofrendas en dinero y trabajo”, expresa González.

La construcción es modesta. Un edificio que se distingue de los demás por el gran arcoíris plasmado a lo largo de su fachada y que se repite en una cenefa de extremo a extremo a lo ancho del inmueble. La leyenda, justo arriba de la entrada, es clara: “Dios te ama como eres”. Al interior, en el altar, rodeado de banderas LGBT, se levanta un vitral con imágenes que representan los pactos de Dios con la humanidad y, al centro de éste, la imagen de Jesús envuelta por un arcoíris. El reverendo González explica que “el arcoíris es la promesa de Dios de no volver a destruir nada que ha creado, en referencia al Diluvio que se describe en las escrituras. El arcoíris que envuelve a Cristo por supuesto tiene que ver con una función respecto a la presencia de Dios en las comunidades de la diversidad sexual”.

La iglesia de la Reconciliación celebra los sacramentos del bautismo, primera comunión y matrimonio. Este último, denominado Santa unión al no tener reconocimiento oficial por parte de la Iglesia ya que celebra la unión entre personas del mismo sexo, surgió a través de un proyecto de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana, fraternidad religiosa a la que perteneció, hasta 2005, la congregación. Estos enlaces se realizan en Estados Unidos desde 1969 y en México desde 1981 con la fundación de la iglesia de la Reconciliación. “A nosotros se acercan parejas homosexuales, pero también hombres y mujeres que han tenido un impedimento para celebrar su unión como personas católicas divorciadas que en su iglesia no les dan la oportunidad de volverse a unir en matrimonio u otras que simplemente no les interesa recibir la bendición de una Iglesia que ha sido germen de discriminación y de injusticia, y no sólo para la comunidad gay”, detalla el reverendo.

Foto: Omar Paredes

Como consecuencia del enlace matrimonial entre personas del mismo sexo, nace otro concepto controversial para la Iglesia: familia. ¿Se puede considerar familia a la unión entre homosexuales? El 8 de abril de 2016, el Papa Francisco publicó su segunda exhortación apostólica postsinodal, Amores Laetitia. En el párrafo 251 escribió: “En el curso del debate sobre la dignidad y la misión de la familia, los Padres sinodales han hecho notar que los proyectos de equiparación de las uniones entre personas homosexuales con el matrimonio, «no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia […] Es inaceptable que las iglesias locales sufran presiones en esta materia y que los organismos internacionales condicionen la ayuda financiera a los países pobres a la introducción de leyes que instituyan el ‘matrimonio’ entre personas del mismo sexo»”.

El reverendo González menciona que, en efecto, “familia” es un concepto complejo cuando es referido en temas de religión y sexualidad. “Si miramos cuál el sustento bíblico de familia, es ahí donde los seres humanos nos perdemos ya que es complicado. La familia bíblica en el antiguo testamento es como la familia de Jacob, de Abraham, de Moisés, que tenían varias esposas y con ellas varios hijos. Esa era la familia del antiguo testamento. Y la familia del nuevo testamento, si vamos al evangelio, solamente está conformada por Jesús, María y José, y, de los cuatro evangelios, José aparece sólo en dos y en pocos capítulos. En el resto de la Biblia José es un hombre ausente, o sea que María es una madre soltera. Jesús, inclusive, cuando está predicando le dicen: “allá fuera están tu madre y hermanos y preguntan por ti”, él contesta que su madre y hermanos son los hombres que lo acompañan. En este orden de ideas, el nuevo testamento no considera la familia que nosotros estamos pensando. En el nuevo testamento la familia es la comunidad de hombres y mujeres que viven en sociedades de convivencia. Desde la concepción del nuevo testamento una familia está formada por cualquier individuo que haga comunidad con otro”.

Alejandro González reconoce que el camino no ha sido fácil pero sí gratificante. El ejercicio de la fe es un rasgo universal que no sólo ocupa al campo espiritual. Todos los humanos, sin excepción, tienen fe en algo. La comunión entre la religión y los grupos de la diversidad sexual ha estado en momentos realmente críticos a lo largo de la historia. La Iglesia ya no persigue ni asesina a homosexuales; ha cambiado la condena por la indiferencia que, aunque menos drástica y brutal, no es mejor.

“Sería falso decir que la Iglesia mexicana no conoce lo que hacemos aquí. Por supuesto que lo saben. En una ocasión un sacerdote católico se acercó a nosotros para decirnos que en su vicaría conocían sobre nuestra labor en la iglesia de la Reconciliación, sin embargo, dijo, como Iglesia católica tenían muy claro que no podían mantener una postura de apoyo o acompañamiento espiritual a las comunidades de la diversidad sexual, pero que tampoco lo iban a impedir. Es decir, no lo obstaculizan pero la tradición de su religión es tan fuerte que no les permite apoyarlo abiertamente, aunque como hombres piensen lo contrario”, dice el reverendo González.

Foto: Omar Paredes

En pro de la ciencia y la cultura

Además de apoyar los valores y derechos civiles para los grupos homosexuales, la iglesia de la Reconciliación mantiene compromiso con la divulgación de la ciencia y la cultura. Han brindado su espacio a organizaciones como la Fundación Mexicana para la Lucha Contra el SIDA, A.C.; realizado actividades en el Centro Comunitario de Atención a la Diversidad Sexual; y en 2010, la cineasta Araceli Santana produjo el documental Blattangelus, que cuenta la historia del reverendo Jorge Sosa al frente de la Iglesia de la Reconciliación (1990-2009). El filme se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Morelia.

EL nacimiento de este lugar impulsó la creación de sitios similares en ciudades como Guadalajara, Monterrey y Cuernavaca; y en países como Chile, Argentina, Uruguay y Nicaragua. Desde 2009 otorgan el Premio “Iglesia de la Reconciliación” a hombres, mujeres y organizaciones que trabajan a favor de la justicia, salud, arte, cultura y derechos de la diversidad sexual. Entre los galardonados se encuentra el programa Diálogos en Confianza.

La iglesia de la Reconciliación se encuentra en la calle Norte 77, colonia Obrero Popular, Azcapotzalco. Ofrece servicios de adoración (misas) los domingos a las 12:40 y 19 horas para todos aquellos que, sin distinción de orientación o condición sexual, deseen reiterar su fe en un espacio religioso que condena la homofobia.

Foto: Omar Paredes

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